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338 P. MELCHOR DF POBLADURA y sin exagerar el valor científico o doctrinal de esta producción litera– ria, la cifra global de cuatrocientos individuos de una corporación, que no se propone como fin principal d culto de los estudios, denota una éípor1ación considerable al progreso de las ciencias. Todas tienen en esta lista de escritores varios repret,entantes, lo mismo las ciencias eclesiásticas que las profanas, la sagrada Escritura, la teología, la fi– lcisofía, las matemáticas, la literatura, etc. Y no es fácil tarea com– pt>ndiar en pocas páginas una producción tan numerosa y heterogénea, ni entra tampoco en el plan de este somero bo&quejo aquilatar el v;i– lor de los escritos a que nos referimos. Es éste un capítulo importan– te de la historia que requiere más espacio y más tiempo. Al lado d~ -iu– torcs, cuya producción tal vez se reduce a pocas páginas, hay otros cuyos volúmenes ocupan varios anaqueles de las bibliotecas. La edi– ción de las Obras completas de S. LORENZO DE BRINDIS en trece maci– zoB volúmenes en folio ha justamente maravillado al mundo culto y le han merecido un puesto de honor en la galería de Ios Doctores de la Iglesia 52 ; las obras del P. ALEJO DE SALÓ ( t 1628) en sus diversas ediciones v versiones alcanzan el número de 253 r,3, y el catálogo de las del P. MATIAS DE SALÓ (t 1611) sube a la cifra de 118, sin contar los manuscritos 5 4. Para valorear y enjuiciar esta aportación bibliográfica, es nece– sario no perder ele vista las dificultades con que tropezaban los escri– tores; de carácter espiritual o sentimental unas, de ímlole científica otras y de orden económico las terceras. El kmor y e] recelo rodea– ban a veces a quienes dedicaban su tiempo a los estudios; no disponían de bibliotecas que facilitaran la investigación, ni tenían a su disposi– ción un presupuesto económicp para los gastes necesarios; y los más capacitados para escribir tenían que desempeñar otros cargos de apos– tolado y de gobierno, que absorbían su atención, sin contar las f:xi- 52. Cf. F. SPEDALll!RI, S. J., S. Lorenzo da Brindis/ e la prima edizione de/le sue ope– re, en "Gregorianum" 29 (1948) 304-312. El reciente opúsculo divulgativo del P. MAURICIO ni! BEooÑA, San Lorenzo de Bri11dis. Vida, personalidad y obras (Madrid, 1950) ofrece una idea sumaria del contenido de dichas obras. Para un conocimiento más acabado del valor doc– trinal en todos sus aspectos hay que consultar los estudios que aparecieron en Padua con motivo de tu semana laurenciana celebrada en Roma el mes de marzo de 1949. Cf. S. Loren– zo da Brindis/. Studi. Conferenze conmemorativi! dell'edizione "Opera Omnla" (Padova, 1951). Véase el resumen de estas conferencias publicado por el P. Gabriel de Sotiello en "Estudios Franciscanos" 50 (1949) 439-452. 53. Cf. h,ARINO DA MILANO, O. F. M. Cap,, Biblwteca del Frati Minori Capucctni di Lombardia (Firenze, 1947) 8-50, n. 37-300. 54, /bid., p. 341-260, n, 1283-1391.

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