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33-l P. M.FLCHOR DE POBLADURA míítdos después de un trienio los que hubieran dado pruebas eviden– t:cs de haberse enmendado • 0 • No puede tacharse de superficial y fácil esta legislación; con el a– nclad y precisión establece las condiciones y requisitos; sin titub•!os ni eufemismos rechaza a los inhábiles e indignos. El estudio sigue sier.– ciri en la Orden un privilegio más bien que ,una imposición. Es necesa– no merecerlo. La severidad de la selección y el rigor con que se exigí1 a] estudiante que cumpliera con esmero sus tarea5 escolares están s.J– bradamente justificados por el fin primordial de los estudios y que constituía su razón de ser: preparar dignos e idóneos ministros del Evangelio, predicadores ejemplares y provechosos. En práctica en una minoría selecta la que frecuentaba las aulas; la inmensa mayorí1 cultivaba apenas la teología moral, o, como entonces se decía, los ca– ic-os de conciencia, que no conferían título ninguno para llegar con el tiempo a ser pr<:dicadores 41 ORIENTACióN DOCTRINAL Tan importunte como el establecimiento de los esfodios para el por– venir de la Orden, era el espíritu o la orientación doctrinal que debía dárseles. No es posible, rn efecto, actuar con eficacia fuera de la ór– bita propia de la vida íntima de cada uno. Están tan íntimamenk re- 1:icionadas la idea y la acción, que una sociedad que se inspirara para sus iniciativas y proyectos en un sistema intelectual o escolástico aje– no a sus fines específicos perecería irremediablemente. De ahí la nece– sidad que se imponía a los primeros Capuchinos de buscar la orienta– ción de sus estudios en las más puras fuentes del saber franciscano pa– ra superar el inevitable roce y contraste que iba a surgir entre la vida intelectual y la vida práctica. Si las escuelas que estaban tímidamen– te organizándose debían afianzarse de una manera definitiva y encau– zarse por 'las vías del verdadero progreso, era de todo punto necesa- 40, Collectlo authentíca, lag. cit., p. 300, n. 4. 41. Así, por ejemplo, sabemos que de los 3332 sacerdotes que en 1596 había en la Or– den solamente 716 eran predicadores; es 1608 el número de los sacerdotes era 4966 y el de los predicadores 1203; en 1618 se contaban 2002 predicadores entre 6819 sacerdotes. Cf. Bo· NAVENTURA voN MEtm, O. F. M. Cao., Das Predigtwesen in der Kolnischen und Rheinischen Kapualnerprov/1111 lm 17. und 18, Jahrhundert (Roma, 1946) 56,

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