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76 MELCHOR D E P O íl L A D U R A de arriba la dicha, la gracia hecha a Espaiía y a la Orden con la unión. Todo, los l{mos. Y Muy R.dus. apJauclian a Espaúa y sé! Jia rdigwsamcntc brindado con un vasllo de vino blanco por Espana, por 11, por la union alcanzada, como por mila– gro después de lamas rabias dc:l diablo. ¡Viva la unión! ¡Viva el testamento de Jesucristo Ur sint unum, hoy ejecutado es.pccialit1.;r en la Ordecn Serafica d,, Capuchinos! ¡Viva e¡ Corazón de Jesus! ¡Viva su Provincia amada! ¡Viva Maria! Tuyo afmo. en Maria Santísima h·. Calasanz ele Llevaneras ¡Viva María! 1 9.--C,rtJ CÍJ cufor del P. GenerJ/ Bernardo dt: Andennatt a los Capuchino~ éspwiulE:s con motivo de haber~e restablecido /:.is refaciones normales con la cu- 1 ia Ge¡¡eral. Ronw, 17 febrero J 885. Copia ;;uténtica. Roma, i\rch. general O. L M. Cap.; Documenta IV, n. 46: AR-4. ;\los Fr. bernardo cite Anclermatt, Mrnistro l,1.:rit:ral de: toda la Ordu1 ciL: FraiLs i1lc.norns Capmhinos ele N. !'. S. Francisrn. i\ nuestro, quenclis,mos rn¡os en el Seúor los sac, rdotes, clérigos y legos ch, llUt:s1ra Orden en bpaíia. Ven¡,raliles Padres y liermanos: Con in¡,fablL: consuelo de nuestra alma nos dirigirnos hoy a todos vosotros para aliriros nuestro corazón ele Padre amorosí– simo y rcgoLijarnos con todo, vosotros por las st;naladas miserirnrdias que e' Sa– grado Corazón de: Jesus y su dulc.ísima Madre os han otorgado, dando LUíllpl,– miento a vue;,tros nobh.:s y antiguos cll'seos ele veros real y totalrn1.:nt1.: unidos a toda la Orden, bajo la obeclienc1a ele! Ministro Ge1wral y sh.:rvo ele 10clos los U1puchinos. Vuestro gozo, hijos amadísimos, e; tanto más legítimo, cuanto mayor t,s ¡,¡ ct•nsuelo que toda la Orden n.:eibe hoy día por la santa actitud de los Capuchinos es¡,aüol¡,s, Vuestra alegri'a es aun mas justa, porqué t:s la participación cL, la sa– tisfacción que cen ,osotros y por medio ele vosotros ha experimentado é:l Vicario de Jesucristo, el inrncrtal l'ontiflw Supremo León X 111, que tanto deseaba esta unión de los Capuchinos ele Espaiía con el Ministro G..;neral y los frailes ele toda la Orden. En efecto, León X111 no ha cesado ele benclt,cir el santo propósito de esta unión, y LI Capítl'lo General escuchó con inexplicable pl:icer los c.Iogios que Su S:rnti– clad dió al Rmo. P. Joaquín ele l Ievaneras (entonces Comisario y hoy Provincial ele Espaiía), cuando éste, movido del pensamiento de l:i gloria de Dios y lustre ele la Serafica Familia Capuchina declaró espomanea y devotamente, arrodillado " los pies del Papa, sus ardientes y constantes deseos de unirse totalmente. con todos vosotros, al Jefe ele toda la Religión Capuchina. "Esta unión será vuestra glo– ria, decía León XII 1, vuestro vigor y rotJuste, seritn mayQres, y más sólida vues– tra adhesión a la Santa Sede". Y prometiendo que esta unidad por El bendericla se rnmpliera. por su Suprema Autoridad Apostólica, animó al P. Joaquín a pro– seguir constante la empresa empezada. Mucho consuelo caysó al Padre Sanw al saber por medio del P. Joaquín y de Nos, con cuanto ardor todos vc¡¡sotros suspi– rábais por la unión con el Ministro General. El 4 de febrero ele 1885 formará época gloriosa en los Anales de la Orden. y vuestro nombre, amados hijos, quedará grabado con caracteres ele oro en las cró– nicas capuchinas. ¿Y cómo podría suceder ele otro modo, siendo como es la unión verdadera, la unidad efectiva de la Orden, uno de los mayores beneficios qu8 Dios concede a un instituto religioso? La unión será vuestra fuerza, ha dicho con razón León XI 11, y Esta fuerzlll( será como eJ alma ele vuestra estabilidad religiosa. Cuando repasamos en Nuestra mente las calamidades que ha experimentado nuestra Orden en España durante los cincuenta años de ei.ciaustración, nos preg-untamos: ¿Quién sabe si la razón por la

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