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LA UNlúN DE LOS CAPUCHINOS ESP/1.fWLES :í7 Después de unos mest's de zozobras e inquietudes, se logró desco– rrer el velo que ocultaba el misterio. Por entonces la Santa Sede ha– bía nombrado un nuevo Comisario de los Obsen-antes españoles con la condición por él aceptada de no oponerse a la unión que se proyec– taba con sus superiorr's de Homa y mientras tanto de entenderse con ellos para la solución de los asuntos de mayor relien'. Pero he aquí que inesperadamente surgieron dificultades de carácter político-re– ligioso. Algunos alumnos de la mencionada Orden recurrieron al go– bierno en defensa del régimen privilegiado que disfrutaban hací,1 si– glos 139 • Interpelaron asimismo al Nuncio para que comunicara a las au– toridades de Roma los serios reparos que se hacían al proyectado cam– bio. El episodio puso en guardia a la diplomacia vaticana y prefirió no precipitar los acontecimientos, suspendiendo por el momento la decretada unión de los Capuchinos. Así se lo comunicaba en vía con– fidencial el P. José Calasanz al P. Joaquín, a quien además daba sa– bias normas de conducta para llegar seguramente al fin anhelado y soslayar las dificultades con que tropezaba en la conducta de algu– nos de sus colaboradores: "Para c1ue con paz, seguridad y prudencia podamos llevar a cabo tus deseos de unión y se te dé prontísimo a lo menos un definitorio cabal, bueno y útil, se te encarga continúes con :;11ma paciencia la actih1d casi pasiva que guardas hoy. Aquí trabaja– mos sin descanso para lograr algo definitivo, que te permita organi– zar bien la Espaíía; y no dudes que saldrá bien y alabarás a Dios del rernltado... Pero entre tanto calma, paz, esperar y seguir mis ins– trucciones'' 140 • Y el 14 de noviembre aíiadía: "Me afliges con tus re– sabios de no abandonarte totalmente al juicio de los que conocen Ro– ma, tienen de Dios misión para tratar con la San ta Sede y quieren tu bien y sólo el bien, por Dios y sólo por Dios .. Aquí todo se actirn. pero ya sabes la santa lentih1d de la Santa Sede'' 141 • Y la prueba feha– ciente de que realmente "se activaba" el asunto, nos la ofrece su co– rrespondencia. El 28 de noviembre escribía: "Hoy he hablado con 139. Nos referimos concretamente al reg1men especial de gobierno de los Fran– ciscanos en dos familias a partir c!e 1517. Cf. BASILIO DE RUBÍ, ob. cit., p. 14. 140. En esta misma carta asegura que en los ambientes responsables de Ro– ma se daba por descontado que a pesar del revuelo causado por la conducta de los Observantes, «en lo de los Capuchinos nada hay, todo está en paz». 141. E! día 10 de noviembre le había escrito, insistiendo una vez más en reco– µ:endarle ln calma y lo. trnnquilidsd en r:us gestiones y la confianza más ~biroluta en lDs Superiores de Roma.

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