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41\ MELCHOR O F POBLADURA mayor libertad y desenvoltura al Comisario Apostólico; pero la S. Con– gregación no tuvo por com:eniente conceder lo que se le pedía 111 • De hecho el P. Joaquín prescindía de los Prodnciales y éstos recurrían a Roma. Para apaciguar los ánimos, el P. General advertía al Comisario el 6 de febrero de 1882 que comunicara a los Provinciales que, mien– tras no llegara una decisión de la Santa Sede. continuaran disfrntando de sus títulos y privilegios. pero sin ejercer actos de jurisdicción 112 • Nadie se llame a engafío pcnsam1o que lo3 \·iejos Prmfociales "·on su 'l.ditud quisieran rechazar la proyectada unión con Homa. Sólo de– seaban aclarar su poshua jurídica ante ciertas manifestaciones del po– der del Comisario desconocidas por sus antecesores. Quisiéramos tam– bién avanzar la hipótesis que el jown Comisario, por su parte, se pro– ponía prescindir jurídicamente de ellos para poder enseguid:1 remm– ciar a su mandato y provocar la abolición de aquel régimen excepcio– nal; pero nos faltan las pruebas para apoyarla 113 • Otra dificultad imprevista a sus planes de expansión y reorganiza– ción la encontró el Comisario por parte del episcopado. En efecto. al terminar su primera Yisita canónica. sin p{>rdida de tiempo envió a Ro– ma, para informar a los PP. Cayetano de Igualada, su secretario, y Estanislao de Heus, que ya el año anterior había estado en Lt Ci11dad Eterna. El primero de los H puntos que los padres delegados sometie– ron a la consideración y al estudio de los Superiores generales, se re- 111. Cf. Relazione cit., 41. 112. Cf. Archivo general O. F. M. Cap.: Acta Congr. All-8. 113. Parece ser que de un documento autógrafo del P. Santiago de Guatemala, secretario del P. Esteban de Adoain, resulta que al nuevo Comisario se le impuso, an– tes de que aceptara, que debla presentar la renuncia enseguida para resolver la situación sin complicaciones. Cf. GUMERSINDO DE ESTELLA, ob. cit., 475. Los documentos ofi– ciales, que hemos consultado no aluden a esta condición. También el P. Lui~ de Ma– samagrell en su autobiografla (p. 76) hace casi entrever que la elección recayó en el P. Joaquln precisamente porque se confiaba que muy pronto restablecerla la unión um Roma. Y el P. José éalasanz Jo confirma definitivamente. En efecto, contestan– do el 24 de marzo 1ea1 al ,,nuncio que le habla dado su hermano del nombramiento recibido, después de quejarse del silencio, que se habla prolongado desde julio del año anterior, le escribe: «Me consta que a Roma desean verte pronto y te han nom– brado porque han creido que harlas la unión con el General. Todos en Roma tie– nen confianza contigo, pero cada día que los actos verdaderos de unión tardarán a llegar, temerán que algunos españoles te aconsejen mal y hagan lo posible para que tu te mantengas separado. Por consiguiente, tu hermano (que no es afrancesado, co– mo algunos creen) te suplica y te aconseja: J. 0 vayas pronto a Roma sin Bernab;; 2.º r,idas un visitador general, el cual fortificará tu autoridad; 3. 0 destruyas las provin– cias». - Debemos la comunicación del texto de esta carta, que se conserva en el a;– e:!livo ¡¡rovinclal de los Capuc,hinos de Cataluña (Banielonn-8qrr!á l a la amabilidati del M. Jt. P. Pacifico de Vilanova, a quien manifestamos nuestra gratitud.

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