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L\ UNlúN DE LOS CAPUCHINOS ESPAiWLES 47 la marcha hacia la unión. O tal yez no sea aventurado ¡wnsar que no se resolvió a dar el paso definitivo, mientras no hubiera resuelto satis– factoriamente todas las dificultades, para ofrecer luego a los Superiores de Roma una obra perfecta y acabada. Desde los primeros actos de su actuación el P. Joaquín imprimió un carácter demasiado personal y autoritario a su gobierno, no tomando en la debida consideración el consejo y la asislencia de sus definido– res 108 • Su evidente j'l1n'nlud y la no depurada experiencia le impidie– ron afrontar con el lacto necesario ciertas situaciones delicadas, en las que se ventilahan intereses creados. Su vigoroso dinamismo y jm·enil entusiasmo le impulsaron a YE'ees a obrar con sobrada precipitación en las nada fáciles lides ele gobierno, sobre todo si se tiene en cuenta (1ue había de entenderse con los exclauslrados, es decir con una generación de religiosos de muy diversa menlaliclad, que 110 eran capaces de en– focar los problemas desde el mismo punto de vista ni coincidir fácil– mente en las soluciones propuestas. Por último, acaso pensó que d nombramiento pontificio y la evidente Yolunlad de los Superiores de Homa de preparar rápidamente los caminos de la unión, lo autDriza-• han a obrar alg1í11 tanto autoritariamente para derribar las barreras de la división. El hecho cierto es que una de las primern, dificultades con riue tro– pcz6 : 1 1 actuar su progrnma de gobinrno, fo(, h resistencia y oposición de los dos o tres Prmfociales que detentaban el poder en virlnd dP pre– cedentes legítimos nombramientos, los cuales se creían con el derecho y en el deber de gobernar como legítimos superiores a los súbditos de sus respectivas provincias 109 • En mayo ele 1881, los Superiores generales, respondit>nclo a una con– sulta del Comisario, le aconsejaban que reuniera a sus dc·finidores, que estudiaran juntos el problema y luego presentara el informe para re– ~oher lo que fuera conveniente 110 • Por último, obedeciendo sin duda a sugerencias del Comisario el 10 de junio se acordó pedir a la Santa Sede la supresión de todos los ProYinciales, autoriúndolo mit>n tras tan– to a que siguiera gobernando, visilanclo, ele. La solicitud fué presenta.– da solamente el G de julio, motivándola en la conYenienda de con.::eder 108. Cf. RAFAEL M. DE ANTEQUERA, ob. cit., 197 C). 109. Se conocen las protestas de los Provinciales de Navarra y Castill:1. Cf. Ar~hi– vo genernl O. F. M. Cap.: G. 62. Véase en In nota 113 el conseio que sobre el particular le diera el P. Galasanz. 110. Cf. Archivo general o. F. M. Cap.: Acta Congr.: AH-8.

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