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36 MELCHOR DE POBLADURA viar a España un Visitador general por cuenta propia 82 • El paso no estaba exento de dificultades y era necesario proceder con extrema cau– tela e iluminada prudencia si no se quería malograr los frutos ya casi en sazón. Por consiguiente se interpeló al Nuncio (10 marzo 1880) sobre la oportunidad de la proyectada visita y para orientarlo en sus decisiones le ofrecieron una visión panorámica de la situación, haciendo resaltar los puntos siguientes: el deseo de la unión es universal; el P. Llerena fué nombrado Comisario sin que el bre\·e apostólico mencionara el ré– gimen de alternativa y que ahora gozaba de tan pocas simpatías, que no se atrevían a permitirle volver a España por temor de que no fuera bien recibido; que el Papa les aconsejaba a "caminar despaeitn para no hur– tar las susceptibilidades gubernativas". El tanteo estaba m,Ís que justi– ficado; pero la e~entual respuesta del Nuncio no ha dejado huc>lla c>n los documentos conocidos 83 • Por fin, el 23 de abril el Comisario general P. Francisco de Villa– franca se decide a enviar a la Santa Sede un detallado y razonado in– forme acerca de la situación con miras a facilitar el desenlace. Puesto que los Capuchinos españoles piden con insistencia ser gohemados di– rectamente por los Superiores generales de la Orden, se apuntan las ra– zones en que se apoya su punto de vista: a) ha desaparecido el estado de cosas que había dado pretexto al régimen de alternativa; b) éste ha– hía sido abolido en otras Ordenes religiosas; e) así lo exige el común sentir del pueblo español tan unido siempre a la Santa Sede; d) así lo exigen los Señores Obispos, que se dirigen directamente a la Curia ge– neral en demanda de fundaciones. Por todo lo cual. parPce oportuno enviar un Visitador general con la tarea inmediata de explorar la vo– luntad de los religiosos mediante una especie de referendum 8 4. No conocemos el éxito que tuvo 1a propuesta ante la Santa Sede, que tal vez dependiera de las sugerencias del Nuncio de Madrid. De hecho, el nombramiento del Visitador general no h1vo lugar. Mientras tanto el P. Esteban de Adoain no cejaba en su intento de promover por todos los medios la vinculación jerárquica de los religio– sos con Roma. El 29 de junio de 1880-tres meses antes de su preciosa muerte-escribía desde Sanlúcar de Barrameda al P. Joaquín de Llm·a– neras residente en Montehano: "Con esta focha escribo al Sr. Obispo de 82. Cf, lRelazlone cit., 35. 83. Cf. DOC. 12. U. Cf, DOC. 9.
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