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Ml!:LCHOR DE POBLADURA P. Adoain que el verdadero superior de los conventos restaurados era el P. Llerena. El siervo de Dios comunicó inmediatamente esta adverten– cia al P. General el día 27, asegurando que nadie lo ponía en tela de juicio y que el mismo P. Bemabé no sólo había aceptado de muy buen grado la obediencia, sino que con aquella misma fecha emprendía el viaje para Francia 65 • No cabe la menor duda de que todos los religio– sos de Antequera y Sanlúcar reconocían y aceptaban como legítima la autoridad del Comisario; pero ello no significa que todos aprobaran in– condicionalmente el sistema de gobierno orientado a perpetuar el pre– sente estado excecional. Entre los opositores de esta teoría descuella el P. Jos€ de Alpens 66 , quien repetidas veces escribió a Roma contra el "cisma Godoyano" "germen del más descarado galicanismo", pidien– do la rápida intervención personal de los Superiores Generales; y aíia– día que ésta no era sólo una opinión suya, sino que interpretaba el co– mún sentir de las dos comunidades de Antequera y de Sanlúcar, que se lamentaban del abandono en que las tenía el Comisario y del poco o ningún interés que éste se lornalia por la propagación de la Orden r,;_ Aun no habían transcurrido dos aíios desde el establecimiento de las primeras comunidades de la restauración, cuando el 29 de noviembre de 1878 dimitía su cargo el Ministro general P. Egidio de Cortona, a quien sucedió en febrero del aíio siguiente en calidad de Comisario ge– neral el P. Francisco de Villafranca 68 • Con la misma fecha era elevado al oficio de Procurador general el P. Exu1wrio ele Prals de Molló 69 • En– trambos nombramientos fueron de muy feliz agüero para los Capuchi– nos españoles, pues uno y otro defenderían con constancia y empeño los intereses y la causa de cuantos abogaban por reunirse al centro de la Orden. Después de las mencionadas cartas del P. Alpens, otros religiosos acudieron también a Roma por idéntico motivo. El 12 de marzo de 65. Cf. Archivo general O. F. M. Cap.: G. 62. El P. Rafael M. de Antequera cree erróneamente que el alejamiento del P. Bernabé fué debido al deseo del P. Comisa– rio Apostólico de que se ocupara de la fundación de otros conventos. Cf. La Madre Carmen, p. 111 s. 66. Murió en Arenys de Mar el año 1905. Cf. BASILI DE RUBi, Necrologi, p. 188. 67. Publicamos los textos de estas cartas en los DOC. 7 y 8. 68. Cf. FELICE DA MARETO, ob. cit., 296. De los documentos que hemos consul– tado en el Archivo general se deduce claramente que tomó posesión del cargo en fe– brero de 1879. 69. Era Provincial de Tolosa; renunció el cargo de Procurador el 21 de agosto de 1679. O!. FELICE DA MARETO, loe. cit.
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