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LA UNfóN DE L05 CAPUCHINOS ESPA!-JOLES 29 la inteligencia de los acontecimientos sucesivos, pues nos daría la clave para explicar la eficaz intervención del joven ministro de Gracia y Jus– ticia D. Francisco Romero Robledo, que tomó a pechos el asunto por complacer a su prometida, la antequerana Srta. Pepita Zulueta Samá. En efecto, la Real orden, a que luego nos referiremos, está fechada el 11 de enero de 1877, y en ella se hace constancia de la solicih1d presentada por el P. Bernabé de Astorga 57 • Ahora bien, aún prescindiendo de la ine– vitable tardanza que tendría la tramitación de un asunto tan delicado y hasta cierto punto nuevo 58 , es forzoso admitir que la petición habría llegado al de_c;pacho del Ministro algunas semanas ante'>, si ya no quc– remoc; hablar de meses. dQuién había sido el promotor de las diligC'n– cias? Se habla, es verdad, del venerable hermano lego Fray Félix de Az– coitia s 9 , a quien distinguía con su amistad cierto marqués espafiol. re– sidente como él en Bayona, en cuyo palacio se alojaba el Presidente del Consejo Antonio Cánovas del Castillo a su paso por aquella ciuda<l; y que en uno de estos viajes éste se manifestó propicio a conceder el per– miso para que los Capuchinos se establecieran en Andalucía. Pero cly quién puso en contacto a los Capuchinos de Bayona. y concretamente al P. Bemabé, con los ciudadanos de Antcquera, o cómo se supo allí que éstos eran deseados, y que los futuros suegros del achial Ministro <le Gracia y Justicia estaban personalmente C'mpeñados en el asunto? To– do quedaría explicado, a nuestro modo de ver, si se admite que los mi– sioneros predicaron en la villa andaluza en 1876 y que a su regreso a Bayona informaron a la comunidad de la bnC'na acogida que se les dis– pensaría; y en nombre de todos comenzó el P. Bernahé a tramitar el asunto en la Corte. Pero la cronología de las empresas apostólicas del siervo de Dios P. Esteban, descrita con esmerada diligencia por subió– grafo 80 , no nos deja margen para esta sugestiva explicación. 57. Nació el 4 de octubre de 1838; el 1 de octubre de 1862 fué recibido entre los Observantes de Bermeo; y obtenida la facultad de la Santa Sede pasó a los Capuchi• nos de Bayona el 11 de junio de 1865; después de haber trabajado mucho por la rPstauraclón de la Orden en España, el 17 de agosto de 18!'3 pidió el decreto de sel'nlarización; murió en Ceuta el 2 de enero de 1910. Pué cofundador con la M. Carmen del Niño Jesús de la Congregarión de Hermanas Terrinrias Franciscanas de los Sagrados Corazones de Jesús y Maria. Cf. RAFAEL M. DE ANTEQUERA, ob. cit., 109 sigs., 312-314. 58. Las complicaciones a que, en efecto, pudo dar Jugar la Real orden concedi– da a los Capuchinos, Jas refiere en su autobiografía el P. Luis de M;isamagrell. Cf. Autobiografia del Excmo. y Revmo. P. Luis Amigó y Ferrcr, 2 ed (Valencia 1944 l 43 s. 59. Cf. Autobiograffa cit., p. 44. Falleció en Lecároz el año 1902. Cf. MIGUEL DE PAMPLONA, Esbozo necrológico, p. 225 (10 de agosto). 60. Cf. GUMERSINDO DE ESTELLA, ob. cit., 416 sli:~.