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28 MELCHOR DE P O B L A D U R A manifestó el decidido empeño de su predecesor por restablecer las re– laciones entre el centro de la Orden y el Comisariato; bien al contrario, su primera interrnnción fué indecisa y remisiva, debida al menos eu parte a la interferencia del P. Llerena. A fines de diciembre de 1873 el P. Esteban de Adoain, miembro entonces de la comunidad de Bayo– na 53 , le había pedido penpiso para pasar la frontera hispano-francesa y examinar las posibilidades de establecer alguna comunidad en Nava– rra, alentado por los triunfos de los Carlistas. El P. General accedió sí a estos ruegos, pero cori la taxativa condición de que si algún conven– to se fundaba, éste quedaría bajo la inmediata dependencia del Co– misariato Apostólico 5 4. La condición revela una mentalidad muy diver– sa de la del P. Nicolás y no debió de ser muy del agrado ele los Capu– chinos de Bayona, que, como es sabido, dependían en todo del P. Ge– neral. El P. Esteban hizo su proyectado viaje; pero debido sin duda a los reveses de las anuas carlistas a principios de 1874, en el mes de ju– nio regresó a Bayona sin haber podido realizar su deseo. La proclama– ción de Alfonso XII en el mes de diciembre contribuyó a crear un am– biente más tranquilo y más favorable a los intereses de la Iglesia y de las Ordenes religiosas; ambiente que se afianzó más y más al entrar en vigor la constitución de 1876. De nuevo el P. Esteban intentó adquirir para la Orden el abandonado convento de Pamplona; ma~ tampoco aho– ra logró su intento, si bien sus empresas apostólicas por tierras ele Na– varra prepararon el terreno para nuevas conquistas. A la luz de los documentos hasta hoy conocidos es difícil determinar la fecha exacta, en que comenzaron las gestiones para la restauración del convento de Antequera. Se habla, es verdad de una misión predica– da en esta villa el año 1876 por los PP. Esteban de Adoain y Saturnino de Artajona 55 , que c'Onmovió hondamente la población y despertó en muchos el deseo de entregarles aquel convento abandonado cuarenta años antes 56 • Realmente esta primera visita de los misioneros facilitaría 53. Dos son las biografías del siervo de Dios que pueden consultarse: ILDEFON– Sü DE CIAURRIZ, Vida del siervo de Dios P. Fr. Esteban de Adoain, Barcelona 1913; GUMERSINDO DE ESTELLA, Historia V empresas apostó/icas del siervo de Dios P. Esteban de Adoain, Pamplona 1944. 511. Cf. GUMERSINDO DE ESTELLA, ob. cit., 405 s. 55. Este religioso nacido en 1835 había tornado el hábito el 22 de agosto de 1875 y hecho la profesión solemne el 25 agosto 1879 Falleció en Pamplona el 28 diciem– bre 1916. Cf. Estadistica del primer cincuentenario de la provincia capuchina de Na– varra-Cantabria-Ara¡¡ón (Pamplona 1950 l O. 56. Cf. RAFAEL M. DE ANTEQUERA, O. F. M. Cap., Madre Carmen del Niño Je– &au. Vida aoc11mentadc¡ (Sevilla 1953) 86 si¡¡s.