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14 MELCHOR DE POBLAOURA combatían el régimen de la alternativa, que nunca fué visto con sim– patía por la Curia general de la Orden; y en Madrid, porque con su actitud daban ocasión al Gobierno para hacer valer sus presuntos o reales derechos en la disciplina interna de una inslíiución religio– sa 1 7. Mas luego aquellos procederes fueron desaprobados por la S. Congregación de Obispos y Regulares, no tanto por el fin que los men– cionados religiosos perseguían, que era obtener la abolición, cuanto por los medios de que se servían, pues con sus continuos recursos, iu– cluso a las autoridades civiles, minaban las bases de la disciplina reli– giosa, lo mismo que el sistema de gobierno patrocinado por las autori– dades de Madrid. Por otra parte, la celebración del capítulo general de Madrid en junio de 1830 con la sola asistencia de los vocales espaüoles, brindó a los Superiores de Horna la oportunidad de impugnar algunas decisio– nes allí tornadas y de reclamar para sí ciertos derechos o incumbencias de que les había privado la bula Inter graviores 1 ª. Durante el generalato del P. Juan de Valencia 19 , elegido en Madrid el ·± de junio de 1830, los acontecimientos se precipitaban de una ma– nera alarmante; ya se vislumbraba en lontananza el desorden caótico de la revolución, que desarticularía por completo la vida religiosa en España y privaría de personalidad jurídica ante la sociedad a los Insti– tulos religiosos, a los cuales tanto florecimiento y tanta dicha se había prometido en 1804, desvinculándolos de Homa. A mediados de 1835 hasta el .P. General hubo de abandonar el convento, y desde un lugar desconocido de la vega murciana, en donde se había refugiado, envió el mes de julio a Homa con instrucciones reservadas al secretario P. Fennín de Alcaraz para conferenciar en su nombre sobre la situación con la Santa Sede y con los representantes Homanos de la Curia gene– ral 2 ". La llegada de este delegado a la Ciudad Eterna fué providen- 17. CJt. MBLOHOli DE .PótH,ÁbURA, ob. cit., i64.214, 18. Cf. Roma, Arch. general o. F. M. Cap.: G. 62. Hacemos notar una vez para siempre, que los documentos del Archivo general de la Orden, que antes se designa– ban con la denominación Hispania 1-II, en la nueva reorganización del mencionado archivo tienen la signatura G. 62. Cf. BASILIO DE RUBf, ob. cit., 123 s. 19. Cf. EUGENIO DE VALENCIA, O. F. M. C~p., Necrología histórico-seráfico de los Frailes Menores Capuchinos de la provincia de Valencia, 2 ed. (Valencia 1917) n. 1542, p. 202; BASILIO DE RUBí, ob. cit., 146-148; MELCHOR DE POBLADURA, Los Generales de la Orden Capuchina Grandes de España de primera clase: «Collectanea Franciscana» 13 0943) 300-302. El P. Juan falleció en Murcia el año 1846. 20. Cf. MELCHOR DE POBLADURA, Los Frailes Menores Capuchinos en Casti– lla, p. 218 sigs.

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