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346 DONATO DE MONLERAS fürna. "Amado mío, no imites lo malti, sino lo bueno. El que obra el bien, es de Dios; el que obra el mal (el que peca) no ha visto a Dios" ~o:i. De suerte que "ver a D;o,;" (fe cristiana) y "ser de Dios'' (óntica crisf:iana) significan en realidad una misma cosa. Ambas tie– nen una lógica proyección pragmática: "obrar el bien" o no pecar (ética cristiana). Por el contrario, "nu ver a Dios" (falta de fe cristia– na) equivale a "no ser de Dios" (óntica mundana), lo cual trae corno ló– gico resultado una ética o moral al margen de los principios cristia– nüs: "obrar el mal, el pecado". Como se ve, no puede estar más breve y certeramente expresado el entronque ético de la antropología yoanea. Y es lógico: Puest•o que por la te se llega a la inserción y radicación vital óntica, filiativameme, en Dics por Cristo, quien no ha visto ni conocido a Jesús, no es nacido de Dios, no es de El, ni permanece en El 20 • y, en consecuencia, no tiene en sí la caridad del Padre ws que informa tocia obra buena sobrena– tural y que se requiere para guardar su palabra, que es la ley. Así se explica que quebrante la voluntd de Di(lS, que obre injusNcia: que pf~– quc. Carentes de la fe en Jesús son esclavos del pecado w", de la injus– ticia, entre los cuales cita San Juan, c·,n carácter esencial como es ló– gico, la falta de caridad con el prójimo 207 que importa el amor de Dios ~os. b) Positivamente: Por ser del mundo, que estriba en el malo 200 o, en otros términos, por ser hijos de,! maligno, del cliablo soo Radre de la "mentira práctica", que peca desde el principio 301 y fS causa de toclc pecado como base, sosién e inspirador de los criterio3 y de los goc,'s mundanos 302 • Pues para San Juan, como para los sin-ópticos, no hay términc medio posible entre ser de Dios y ser del diablo. "Quien no es– tá conmigo está contra mí" 303 293. 111 lo 11. 294. J lo 3,9-10. 295. ! lo 2,5-6. 296. lo 8,31ss. 297. l Jo 3,10. 298. J Jo 5,2. 299. ! lo 5,19. 300. Jo 8,41.44. 301. ! lo 3,8.10. 302. Cf. APoc 22,15. Cf. BovER S.J., o. c., en J lo 5,19. 303. l..c 11,23.