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360 DONATO DE MONLERAS San Juan ¡:JOr su parte añade a este propósito otra razón que tam– bién tiene su "metafísica" particularmente dentro de la doctrina del teólogo de la gracia o "vida eterna". Y es que "el mundo se pasa y su concupiscencia; mas el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre" m. La caducidad sensible, experimental y afectiva de esa concupiscencia mundana, carnal, que pasa como flor de heno, tiene sin duda su eficacia. Particularmente se ve esto añadiendo, por oposición, que el cumplimiento de la voluntad de Dios, por los que siguen el im– pulso del Espíritu -no de la carne- tiene como galardón y conse– cuencia lógica una vida feliz y perdurable, una "vida eterna" o gracia de este mundo en plenitud. Estas razones adquieren su sentido, corno ya se deja entrever, en las mismas exigencias naturales de la óntica humano cristiana. El cris– tiano no es de este mundo 424 • De aquí su visión distinta y su compor1a– miento aislado del mundo. El re,;no de Cristo y el de los suyos no es de aquí, de este mundo 425 • Cristo es rey de un mundo nuevo, de ori– gen celeste, de valores sobrenaturales, que nada tienen que ver con los terrenos y mundanos. Los fundamentos, pues, de este reino cristiano se fundan en los principios de sobrenaturaleza de la nueva creatura y comunidad de los creyentes. Dios Padre · 12 ª por y en Cristo Hermano y nutrido especialmente por Dios como lo fué Israel por el maná, ale– jado del mundo 427 • Hasta aquí las consecuencas éticas entrañadas en unos. sóliJos principios de ontología antropológica sobrenatural. Pero, evident•emen– te el sentido que en cristiano hay que dar a estas concepciones de San Juan ha de ser parcial, aunque asertivo meramente, de lo que es y lle– be significar para los fieles de Cristo el mundo en cuanto tal -com– prendiendo aún los valores humanos naturales, de los no creyentes. Es un hecho palpable el concepto peyorativo del mundo que tenía San Juan. Sin embargo, si se toma como universal y exclusivo, es inadmi– sible para una comprensión exacta integral cristiana de la realidad mundana y sus problemas entre los que se desarrolla necesariamente la existencia de los fieles de Cristo 428 • 423. I lo 2.17. 424. lo 15,19; 17,14.16. 425. lo 14,2-3; 18,36. 426. lo 20,17. 427. APoc 12,13. Cf· NÁCAR•COLUNOA O.P., Sagrada Biblia 3 (Madrid,1949) en APoc 12,13, 4:18. lo 17,15,18.

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