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EL MUNDO, SEGÚN SAN JUAN 351 dad, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas" 533 Por el contrario, "el que es de Dios" 340 , el hijo o amigo de la verdad, "el que obra la verdad, viene a la luz" 3 4' 1 , es decir, oye la palabra de Jesús, de Dios 3 ~ 2 • Esto, si cabe, tiene una aplicación más vívida en el punto que es– tudiamos: el odio del mundo a los cristianos. s~tanás constituye, en términos generales, el fautor nato y primario de toda oposición hu– mana, terrena -en todas sus manifestaciones y posfüilidades: ideoló– gicas, religiosas, etc. 343 ...- al reino de Dios, a los cristianos. Den– tro de su plan general de extraviar o seducir a los hombres, "a hid'l la redondez de la tierra" 3 H, tiene particuiar quehacer de oposición a tu– do lo cristiano. Es la perpetua lucha de la promesa genesíaca. De una parte "la serpiente anNgua, el malo, ,¡ue es el Dragón, et Diablo, Sa– tanás" 345 y de otra, "la descendencia de la mujer", la Iglesia de Cris~ to. es decir, los fieles, todos "los que guardan los preceptos de Dios y tienen el testimonio de Jesús" 346 • Satanás, el dragón rojo del Apocalip– sis, enemigo de Dios y de su V,erbo 347 , como "homicida desde el prin– cipio" 348 , intenta realizar esta su obra primeramente en Cristo, pug– nando por destruir en su cuna y en su misma cabeza el reino de Dios, e>puesto radicalmente al suyo 319 • Realización de estos deseos y pro– yectos son, por ejemplo, las tentaciones de Jesucristo la oposición a su ministerio 351 y la condenación a muerte por obra de los judíos s.•~. Así como msiigó a Judas a la trnición de Jesús 353 así indujo a lo·, es– cribas y fariseos a llevar a efecto la muerte de Jesús. ·'Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas" 334 339. lo 3,20. 340. lo 8,47. 341: lo 3,21. 342. Jo 8,47. 343. Cf. APOC 2,13.24. 344. Aroc 12,9. 345. Aroc 20,2. 346. Aroc 12, 17. 347. Aroc 12,3. 348. lo 8,44. 349. Aroe 12,4. 3.50. Le 4,1-13; llh 4,1-11; Me 1,12-13. 3fil. Le 10,18; 22,31. 3.52. lo !3.2.2i; Le 22,53. Cf. NAcAR-COLUNGA O. P., Sagrada Biblia 3 (Madrid, 1949) en APoc 12,3-4. 3.5.3. lo 13,27. 3.54. Le 22,53. Cf. KNABENBAUER S, l., Commentarius in quator S. Evangelia (Parisiis, 1925) 4, 453,