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CAPCCHINOS EN VENEZUELA 259 segunda parte del tomo habla, siguiendo el mismo esquema que en la primera, de la misión de Maracaibo. En los dos tomos siguientes estudia la historia de las misiones después de la independencia del país, tanto las de los observantes como las de los jesuítas y los capuchinos. Habla tam– bién de los pueblos fundados y de los sistemas de colonización vigentes. Finalmente llega a biografiar a los misioneros capuchinos más ilustres, como el 1 P. Carabantes y el P. Torrelosnegros. El mismo autor, en un tomo editado por el Gobierno Nacional 8 en 1929, en tiempos del general Juan Vicente Gómez, recopila documentos del «Go– bierno Central de la Unidad de la Raza en la Exploración, Población, Pa– cificación, Evangelización y Civilización de las Antiguas Provincias Espa– ñolas, hoy República de Venezuela (1646-1817). Abarca, por lo tanto, los siglos XVI, XVIII y parte del XIX. El ya citado P. Cayetano de Carrocera 9 publicó un folleto con motivo del primer centenario del mariscal Ayacucho. El librito quiso ser un ho– menaje del pueblo cumanés a su gran jefe político de otros tiempos. Cuatro años antes de la publicación de este opúsculo el P. Carrocera había escrito otro detallando los apostolados realizados por los capuchinos en Caracas 10 • La crónica va desde 1891, comienzo de este apostolado, al año 1925. Crónica que se sigue en el volumen que el mismo autor 11 publicó con motivo de las Bodas de Oro de la llegada de los capuchinos a Vene– zuela (1891-1941). Mientras el primero de ellos relataba, como hemos dicho, únicamente el apostolado de los franciscanos en Caracas, este último abar– ca también el realizado en otras partes de la República y en las misiones entre indígenas. También con motivo de las Bodas de Plata del Vicariato Apostólico del Caroní, los misioneros del mismo publicaron un volumen en el que se con– tenía la historia y evangelización de dicho Vicariato 12 • La crónica va desde algunos años antes de la erección canónica, es decir, desde 1919 hasta el año 1944. El tomo consta de varios artículos, muchos de ellos sumamente interesantes para conocer la historia, la sociología y la vida religiosa de la Gran Sabana y el Bajo Orinoco. El primero de ellos, y también el más importante y extenso, es del P. Félix de Vegamián, veterano y benemérito misionero, autor de varios trabajos indigenistas. Lo titula «Antecedentes históricos sobre la Evangelización del Territorio Delta Amacuro por los Misioneros Capuchinos en tiempo de la Colonia». Cuando los capuchinos castellanos tomaron posesión de estas Misiones en 1919 reanudaban la historia de la evangelización, llevada a cabo ya durante los siglos XVII, XVIII y XIX por los capuchinos aragoneses y catalanes. El artículo está ava– lado con datos fidedignos y abundante bibliografía. 8. RIONEGRO, Froilán de, Misiones de los Padres Capuchinos en Venezuela (Pontevedra, 1929), pp. 426. 9. CARROCERA, Cayetano de, Ofrenda a la memoria del Gran Mariscal de 1\yacuc/zo en el Primer Centenario de su Muerte (Cumaná, 1930), pp. 54. 10. tdem, Apostolado de los Padres Capuchinos en Caracas (Caracas, 1926), pp. 326. 11. tdem, Cincuenta años de apostolado (Caracas, 1941), pp. 350. 12. MM. del Caroní, Veinticinco años de apostolado de los MM. Cap. en el Caront (Cara– cas, 1950), p. 34.