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268 FR. MANUEL DÍAZ los misioneros y los indios, con unas palabras de la cual iniciamos este artículo. Tiene la intriga de la novela y el realismo de la historia. Los nom– bres que él pone como ficticios pueden ser identificados fácilmente. Es una apología de las misiones capuchinas en Venezuela 50 • Música Es uno de los campos cultivados con ahínco por los misioneros, lo cual indica el grado de interés con que han tomado desde un prinpicio su tarea evangelizadora, y el mucho cariño que profesan a los indígenas... En la Academia Misional de Teología de los Padres Capuchinos en León, he podido ver en su original piezas musicales, transcritas de oídas por los Padres Baltasar de Matallana y Basilio de Barral. En 1938 el P. Matallana pronunció algunas conferencias en la «So– ciedad Venezolana de Ciencias Naturales», en el Ateneo de Valencia y en la Universidad Central, sobre la música indígena taurepán, tribu de la Gran Sabana, perteneciente al Vicariato Apostólico del Caroní. Fruto de tales conferencias es el librito publicado posteriormente 51 • En él expone algunos conceptos sobre la música taurepán, pasando luego a glosar las canciones teúrgicas, amatorias y de baile, juntamente con otras composiciones mu– sicales, de todas las cuales transcribe ejemplos. Para mí el P. Barral ha escrito lo mejor que un misionero católico puede escribir sobre el alma lírica de un pueblo. «Los Indios Guaraúnos y su cancionero" es un auténtico monumento en molde. Estudia la historia, religión y alma lírica del pueblo guarno. Historia y creencias de esta tribu a través de sus manifestaciones de culto, de sus juegos, fiestas, terapia y, sobre todo, a través de sus canciones. El libro recoge más de cuatrocientas piezas musicales, traducidas y comentadas. El tomo, publicado por el C. S. I. C. en 1964, es amplísimo 52 y consta de dos libros. En el primero estudia la música teúrgico-mágica, la música propia de los encantos o piacherías, los cantos fúnebres. En el segundo aborda el estudio de la música guaraúna popular sobre temas costumbristas, domésticos, infan– tiles, báquicos, náuticos, amatorios, jocosos, históricos y otros muchos. Cierra el libro un magistral ensayo sobre la coreografía guaraúna. Sobre este «cancionero" se ha compuesto una misa en guarao, que los indígenas cantan con todo fervor cuando les es posible. La revista « Venezuela Misionera" ha venido publicando canciones in– dígenas, transcritas de oído por los misioneros Por lo que hemos escrito puede constatarse la labor cultural e indige– nista de los capuchinos castellanos en Venezuela. Con razón decía el P. Ar- 50. D'ORIAN, Ismael, Una tunzba en el Orinoeo, ed. EDIME (Caracas-Madrid, 1963), pp. 260. 51. MATALL\NA, B. de, La música indígena taurepán (Caracas. 1939). pp. 60. 52. BARRAL, B. de, Los indios guaraiínos y su cancionero, ed. C.S.I.C. (Madrid, 1964), pp. 594.

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