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EL P. FRANCISCO DE VILLALPANDO 57 Muchas fueron las reclamaciones y protestas que se levantaron en contra de esta determinación del Consejo. Unas Universidades lo adoptaron por texto; otras prefirieron a Jacquier; otras ni a éste ni a Vi11alpando, distinguiéndose entre todas ellas por su acerada crítica y desmesurada protesta la Universidad de Salamanca. No obstante eso, el Consejo dió un nuevo Decreto en el que se mandaba por segunda vez que todos se sometiesen a la determinación tomada por él. Estando así las cosas, la obra del P. Villalpando es delatada a la Inqui– sición, la cual sustanció el correspondiente proceso durante los años 1790- 1795, en el que finalmente se mandó expurgar la obra del P. Villalpando, aunque concretamente nada se le pudo imputar en contra de la fe. A pesar de eso todavía se asumió de nuevo el proceso, quizá por haber intervenido con la Inquisición el Consejo de Castilla, proceso que quedó sin concluir, según creemos, por haber sucedido la muerte del P. Villalpando antes de noviembre de 1797. He aquí en resumen nuestro estudio. En él se pondrá de mani– fiesto la lucha que se dejaba ya sentir entre la Escolástica y la nueva Filosofía, y el predominio que se quería dar a las ciencias experimentales en contra de las propiamente filosóficas. Será también un corto capítulo de la historia de la Filosofía en nuestra patria durante el último tercio del siglo XVIII, lo cual servirá al propio tiempo para poner de relieve la importancia - de su valor interno no nos ocupamos sino de pasada - que entonces tuvo el curso de Filosofía escrito por el P. Villalpando. Casi como presentación vamos a tejer su biografía y señalar brevemente sus producciones literarias. l. - DATOS BIOGRAFICOS Era natural de Villalpamlo (Zamora), donde nació el año de 1740, reci– biendo a_l ser bautizado el nombre de Fernando Soto, nombre que cambió luego, según costumbre de los Capuchinos, al tomar el hábito en el novi– ciado de Salamanca, el 9 de abril de 1758, cuando contaba ya dieciocho años de edad y cuando, según propia confesión, había hecho algunos estu– dios, que concretamente no podemos determinar. Por eso no es de extrañar que a los cinco años de ser recibido en la Orden, en diciembre de 17tl3, fuese ordenado de sacerdote 1 • l. Hnenave;:itura de CruD.\D RODRIGO, O. F. J\L Cap., Estadística general de los Frailes Menores Capuchinos de la Provincia de Castilla (Salamanca, 1910) n.o 1908. Buenaventura de CARROCERA, O. F. M. Cap., Nccrologio de los Frailes Menores Ca– pucllinos de la Provincia del Sagrado Corazón de Castilla (1G09-l\J43) (J\fadrid, 1943) 3~.

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