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3SJ P. B r· ES A ¡•EN T U R A DE CAR R O C lo R A Y así fué en realidad : contra el P. Villalpando se esparcieron varios papeles y escritos, lo mismo que contra su obra; llegando incluso uno de los predicadores de la corte a declamar en contra de ella, por lo cual el Padre Villalpanclo acudc al Consejo para que tome providencias contra los que en «sermones predicados e impresos)) prorrumpían en invectivas hacia su curso filosófico 7 o. Lo que sí sabemos que hizo el Consejo fué enviar al P. Villalpando lo mismo los dictámenes de los Capuchinos arriba indicados, examinadores de su obra por encargo del Provincial de Castilla, que los dados por la Universidad de Salamanca y otras con el fin de que responliese a los repa– ros que ponían a su obra. Así sabemos que lo hizo el P. Villalpando a fines de 1780, remitiendo todo ello al Consejo 71 • Pero desgraciadamente esta respuesta del P. Villalpando es la que falta entre los muchos documentos que sobre este particular se conservan. Sin embargo, algo podemos entresacar, de esa defensa propia, del dic– tamen dado el ,i de junio de 1782 por los Fiscales del Consejo. En él dicen que han reconoc1do el expe,liente suscitado con motivo Jd curso de Artes publicado por el P. Villalpando; que se han enterado de todos sus recur– sos y prctensi011Cs, y hecho cargo de cuanto exponen las Universidades de Salamanca, Valladolid y otras, y ele las censurns de la obra remitidas por e 1 Provincial de Castilla, con los demás antecedentes dd asunto. Según ellos, este negocio puede reducirse a los puntos siguientes : 1. 0 , si se ha de llevar a debido efecto la providencia t!el Consejo en su mito del 3 de noviembre ele 1779; 2. 0 , si se han de imprimir los informes. papeles y censuras que se han escrito sobre ese curso de Artes y la satis facción que ha <lado a ellas el autor, y B.º, si se ha de condescender con el permiso que ~olicita para reimprimir sus Institucionc; Filosóficas. En cuanto a:! primer punto, dicen que el auto del B de noviembre de 177() preYiene dos cosas : que los Capuchinos enst 0 íien la Filosofía por el Padre Villalpando, y luego que en las Universidades y Escudas públicas donde no se estudie a Jacquier ni la Física ele l\Iusshenbroeck, se estudie en adelante por dichas Instituciones o por las del P. Villalpando. Sobre ello dicen que no hay moth-o alguno para ,·ariar dicha providen– cia ni en cuanto a ios Capuchinos ni en cuanto a las lniversidades. Las razones alegadas por el l'ro,·incial de Castilla y ios Capuchi1ws examina– dores de la obra, sun todas r- llas razone:i de partido, resentimientos y adhe– sión al antiguo método, que deben rechazarse por carecer t1e fuerza. Y otro 70. Cartas rll'l P. \"illalpando al Consejo (Octubre de líSOJ, ibid., ff. lGO y ~72. 71. Ibib., ff. lí',G y ~48.
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