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EL P. FRANCISCO DE VILLALPAXDO 69 en él toda la perfección que se desea en esta clase de escritos que han de servir para la enseflanza de los jóvenes. »Lo cierto es, Señor, que la Filosofía escolástica se ve hoy arrojada de casi toda Europa, cuyas escuelas ha estado tiranizando muchos siglos ha, sin que le haya quedado otro asilo que el de nuestra España, de donde no ha sido posible desalojarla enteramente por ciertas razones que fácil– mente se compremlen y no es necesario ahora exponerlas, y que lo peor que resulta de aquí no es que las demás naciones se burlen de nosotros y nos tengan por los más atrasados en las ciencias, sino el que nuestros jóvenes gastan sus mejores años en estudios fútiles y ridículos y se privan de los conocimie11tos útiles y sólidos que adquirirían si estudiasen una buena filosofía. Si ésta, pues, se ha ele acabar de establecE'r de una vez en nuE'stras Universidades, como parece no sólo conveniente sino absolu– tamente necesario, y se ha de enseñar por autor nacional, desde luego soy de dictamen que se use por al1ora de la obra del P. Villalpando mientras las Universidades 110 componen la suya o no se presenta otra mejor» 30 • Otro de los Catedráticos rnnsnltados, el Dr. José Ibáñez Falomir, que examinó solamenie la Lógica, o sea el primer tomo del P. Villalpando, admira, es verdad, a un religioso que entre las mnchas faenas ele su Instituto y a pes;ir de las ocupaciones de la educación, ha leído los mejo– res autores de esta ciencia y ha sabido despreciar «la fútil escolástica que con oprobio de esta nación tiene tiranizados casi todos nuestros estudios monásticos y públicos•. Sin embargo, no cree se debía adóptar como texto · 11 • Finalmente un tercer Catedrático, el Dr. Antonio Fernández Solano, que examinó las J\Iatemáticas y la Física, dice en el dictamen que las l\fatemáticas le parecen muchas en número y en profundidad, pero que este inconveniente se podía obYiar reduciéndolas a las materias que se tratan en la Física, ya que para este fin se escribieron. Y en cuanto a esta ciencia, dice que el P. Villalpando disfruta algunos de los mejores escrito– res, y si bien cier,tos puntos no serán del agrado de todos, no obstante contiene doctrinas sólidas y útiles y en lenguaje muy distante del desali– ñado de las escuelas, lo cual hace en su sentir «la obra preferible para la ensefianza a cuantos autores nacionales han llegado a mí noticia, no sién– dolo menos a la de Goudin y a la Filosofía escéptica de :Martínez, que ,en algunos estudios públicos se mantienen todavía por desgracia, sirviendo 30. Carta de l\feseguer (6 de agosto de 1779), ibid., ff. 17-18. 31. Carta del 18 de julio de 1779, ibid., ff. 19-20.
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