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316 J. C. GÓMEZ dón de la raza y ha superado todos los temporales adversos: la ignorancia, la persecución, el desprecio. Hasta tal punto configura el ser ruso, que la civilización, el europeísmo, los sistemas subversivos forman una capa su– perficial, bajo la cual sigue vigorosa la idea. Los vaivenes de la historia dan la impresión de que la religiosidad ha desaparecido, de que el mesia– nismo se ha volatilizado. Es una impresión falsa: debajo de la ceniza po– sada, a lo largo del tiempo, queda una brasa encendida: Díos. Diario de un escritor, julio-agosto, cap. IV, VI: «Surgió, en primer término, la idea nacional, y se manifestó el sentir del pueblo: sentimiento de desinteresado amor a sus infelices y oprimi– dos hermanos, e idea... la "causa de la ortodoxia". Y, efectivamente, ya con esto solo parece decirse algo inesperado. Inesperado (aunque no para todos, ni mucho menos) fue eso de que el pueblo no hubiese olvi– dado su gran idea, la "causa de la ortodoxia"... , que no se hubiese olvidado de ella en el transcurso de los siglos de servidumbre, de sinies– tra incultura y, en los últimos tiempos, de materialismo, de vil co– rrupción, judíos y aguardiente. Fue, además inesperado el que en la idea nacional, en la "causa de la ortodoxia" comulgasen de pronto casi todos los matices de opinión de la más alta intelectualidad rusa ... , es decir, esos mismos individuos a los que dábamos ya completamente desligados del pueblo... » Es curioso constatar que un motivo religioso pueda armonizar el espí– ritu nacional para una empresa «ortodoxa». Es lógico que el creyente se sienta atraído por la idea de Dios. Es normal que el fanático se ponga en marcha de cruzada, ante el peligro turco que amenaza a la Cristiandad. Lo que sorprende, por su carácter extraño, es que los nihilistas, los euro– peizantes incrédulos los ilustrados soberbios formen en las filas del ejército ruso para r1°rPr,r1p,r la idea mesiánica de Cristo. Diario de un escritor, julio-agosto, cap. IV, VI (1744): « Los liberales, los negadores, los escépticos, lo mismo que los propa– gadores de las ideas sociales... ; todos, de pronto, se han acreditado de ardientes patriotas rusos, por lo menos en su mayoría. ¿Qué tiene de par– ticular, si ya lo eran?... » .•• ¿Qué fue lo que unió a todos, o, mejor dicho, lo que vino a de– mostrarles que en lo principal y esencial nunca habían estado desuni– dos? No se trata de que la idea eslava, en su alto sentido, dejara de pronto de ser patrimonio de los eslavófilos y, en virtud de las circuns– tancias nacionales, penetrara en el mismo corazón del pueblo ruso, se acusara en la conciencia pública y, en sentido "vivo", coincidiera con el movimiento nacional. ¿Pero qué es esa "idea eslava en su más alto sentido"? A todos está claro lo que es: Es, ANTE TODO, ES DECIR, ANTES DE TODA INTERPRETACIÓN HISTÓRICA, POLÍTICA, ETC..• UN SACRIFICIO, EL ANHELO DE SACRIFICIO DE LA PROPIA PERSONA POR NUESTROS HERMANOS, EL SENTIMIENTO DEL DEBER ESPONTÁNEO DE QUE EL \fÁS FUERTE DE LA RAZA ESLI\VA SALGA EN DEFENSA DEL M:\S DÉBIL, ALZ1\NDOLO A SU NIVEL EN PUNTO A LIBERTAD E INDE– PENDENCIA POLÍTICA, FUNDAR LA GRAN FEDERACIÓN DE LOS ESLAVOS UNIDOS EN EL N01\!BRE DE LA VERDAD DE CRISTO, ES DECIR, PARA BIEN DE TODA L\ HUMANIDAD, PARA AMARLA Y SERVIRLA Y PARA ACUDIR EN DEFENSA DE TODOS LOS DÉBILES Y OPRIMIDOS DEL MUNDO.,, La fidelidad a la idea concreta de llamarada, que comprometerse por eslava que, para Dostoyevsky, tiene existencia que no se abandone al débil, incluso que hay débil, aun poniendo en peligro la seguridad

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