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EL PADRE DIEGO DE QUIROGA 91· Al mismo tiempo que se trataba del socorro de Holanda, se ges– tionaba la formación de la liga, la que tenía para los ministros de Fe– lipe IV una gran importancia .. Tanto es así que el Consejo de Estado, al exponer su modo de pensar en el ((papel que sobre la ins– trucción que se podría dar a los embajadores de Alemania para la liga que V. M. ha resuelto se trate con el emperador y otras negocia– ciones)), decía, entre otras cosas: «El estado de las cosas del Duque de Meclenburg y el juicio que ,se hace de ellas en Alemania, es tr.a– bajoso ; pero mientras no estuvieren declaradas y ciertas las sos– pechas que de él hay (lo que Dios no quiera), conviene para todo, que V. M. corra como hasta aquí, porque o le ganará o le detendrá esta confianza, y que, en conformidad de lo que V. M. tiene resuelto, se haga con él por medio de Fr. Diego de Quiroga y por todos los demás que se pudiere, un esfuerzo grande para que apruebe esta liga y todo lo que se dispusiere y corra con uniformidad con las cabezas que hubiesen de gobernar el ejército de esta liga en nombre de V. M. y del emperador, e importará mucho, como V. M. lo ha resuelto ya, que Fr. Diego de Quiroga vaya a ver ,al Duque General y dándole cuenta del apretado estado de las cosas, le procure convencer por demostración, que no tienen otro reparo eficaz sino el de esta ligan 70 • Con el de Friedland se entrevistó efectivamente el P. Quiroga y en sus comunicaciones al Consejo dice qne, .:lllnque es difícil se decida a hacer la guerra en Holanda, por no haber posibilidad, sin embargo c011vendría halagarle un poco a fin de que se decidiese 71 • Durante todo ese año de 1633 se siguió gestionando k1 formación ele la liga de España con el emperador y otros príncipes católicos en contra de Francia, y, aun en septiembre, algunos cantones cató– licos exponían a Felipe IV y a Fernando II ,algunas proposiciones y tratados en ese orden, en lo que también intervino el P. Quiroga 72 ; sin embargo, nada debió hacerse prácticamente ni en uno ni en otro sentido, ni por lo que respecta a socorrer a Holanda ni tampoco en la formación de la liga, al menos antes de la muerte desgraciada de \Vallenstein. ¿ Cuál fué el motivo de que así no se hiciese? Estamos persua– didos de no aventurar nuestro juicio si decimos que gran parte de 70. Simancas. Estado. Leg. 2334, f. 95. 71. Ibid., f. 81. Eso mismo comunica el Regente Octavio Vilani (1 de marzo dt: IG;l;J), diciendo que sobre las gestiones cerca de \\'alle11stei11 para que socorra las. armas de Holanda, había ya intervenido el P. Quiroga. - !bid., f. 10. 7~. !bid., f. 41.

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