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l'. B ¡·EX A r E X T ¡· R A [) E e A R. Ro e ERA reuniones de las noticias que en sus cartas proporcionaba el P. Qui– roga 59 • Y tal era la confianza que en él tenía, que, ya en 19 de no– viembre de 1631, da orden de que no se haga p.:1go alguno mientras no venga todo firmado por el Duque de Guastala y el P. Quiroga 60 • En los comienzos clel año siguiente el Consejo de Estado (23 de enero de 1632) trataba de la ruptura definitiva con Francia y, al mis– mo tiempo, de b. formación de una liga, en contraposición de la efectuada entre Francia, los suecos, holandeses y protestantes de Alemania. Para que en Hungría ajustase los capítulos de dicha liga, se designó entonces una junta que estaba formada por el embajador, Marqués de Cadereyta, el P. Quiroga y Bruneau Gr. De momento, sin embargo, nada se hizo, porque era más urgente para el propio emperador Fernando II, que debía entrar a formar porte de ella, el parar el avance de Gustavo Adolfo, y para ello lograr primeramente que \VaUenstein se pu;;iera al frente del ejército imperial. Creemós sinceramente que, aunque nada nos digan las his– torias, el P. Diego de Quiroga tuvo una gran parte en arrancar al Duque de Friedl:md la decisión de tomar el mando de los 40.000 sol– dados que él había reclutado anteriormente (13 de abril de 1632). Justamente cinco días ckspués, el 18, se apresuraba a comunicar al Conde-Duque tan grata nueva, encareciéndole sobremanera diese crédito a la noticia de que el ri.e Friedland salía a campaña, añadiendo que \Vallenstein le había insistido para que a Papenheim le concediese S. M. el toisón de oro «porque tiene este sujeto por de grandes partes y quería que estuviese muy obligado y adherente a Españan. Al mis– mo tiempo comunicaba otras nuevas de gran interés. Agradecido a todo ello, el Conde-Duque exponía ante el Consejo de Estado (14 de junio de 1632) que las noticias comunicadas por el P. Quiroga eran muy distintas de las de los otros despachos de Alemania y que no se le ofrecía otra cosa «que aprobar mucho a Fr. Diego su proceder y dalle muchas gracias por todo lo que había trabajado y trabaja y a juicio del Conde hacelle V. M. mucha merced, porque, si hubiera faltado él en esta ocasión allí, el servicio de V. M. y del emperador lo pagara)). Ni fueron menos expresivos los otros consejeros. Aña– diendo que no sólo debían dársde muchas gracias sino que era pre- 59. Simancas. Estado. I.eg . :2332, Consejo de Estado de :25 de septiembre de 1G31. 60. Ibid., Consejo de Estado del 19 de noviembre. 61. Simancas. Estado. Leg. :2333, Consejo de Estado de :23 de enero de lGB:2.

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