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EL P A D RE D I E e; O DE Q ¡· J R O 1; A 81 de Casamiento, designada al efecto, de las personas que habrían de formar la casa de la futura reina. También se trató, como uno de los puntos más importantes, de quién habría de llevar por confesor, ya que el de la Infanta, P. Jnan de Sant:,. :María, había fallecido el 18 de noviembre de 1627 ,i:i. Para los que vivimos en el siglo xx resultaría esa cuestión de muy poca monta y, sobre todo, carente de importancia para ser tratada en un Consejo de Estado. Pero en aquellos siglos en que el confesor era al propio tiempo consejero nato de los reyes, mejor dicho, el pri– mero de sus consejeros, las cosas se miraban de muy distinta manera y a la luz de los intereses generales de la nación, posponiendo los per– sonales. Es decir que, en cierto modo, el confesor, más bien que ele– gido, era impuesto. Tal parecía iba a suceder en el presente caso, y de ahí las consultas sobre ello. Además: en este caso, el de la Infanta María de Austria, dos Ordenes religiosas, los Jesuítas y los Capuchinos, iban a entrar en competencia, sin tener ellos arte ni parte, y como representantes de unos y otros, el P. Ambrosio de Peñalosa y el P. Diego de Quiroga. Las razones aparentes de Estado parecían favorecer al jesuíta. Así lo había pedido en primer lugar el emperador Fernando II, futuro pa– clre político de la Infanta, al escribir fuese por confesor un religioso de la Compafüa de Jesús; a;:;í lo había propuesto también el Consejo de Estado a Felipe IV, diciéndole «no convenía que Fray Diego de Qui– roga, por ser re1igioso capuchino, fuese por confesor de la reina de Hungría, entre otras consideraciones por excusar la ocasión de recelo, siendo su Orden tan dependiente y afecta al Duque de Bavierall 14 • Pero sucedía, por otra parte, como decía también Felipe IV, que ((ha– biendo mostrado mi hermana más inclinación a querer eonfesarse con Fray Diego de Quiroga que con religioso de la Compañía)), la Junta le había consultado sobre ello. Como resolución mandó el rey que se tomasen los votos o pareceres de cuantos la componían 15 • Así se hizo. Y en la reunión celebrada el 31 de julio de 1628 se deliberó sobre elb. De los diez que la formaban, tres de ellos, el Car- ,!;l. Archivo del Palacio :'/aciema! de l\Iadrid. - Personal. Cargos. - B-47. Al trntar del P. ::\Iateo de Burgos, más tarde Obispo de Pamplona, se ponen los con– fesores que habían tenido los Infante's desde 1608 hasta lfl28, y entre ellos pone al P. Fr. Jnan de Santa l\Iaría. 44. Carta de Felipe IV a D. Juan de Villena (:!l ele julio de 1626). Simancas. Estado. Leg. K-144:!, f. 83. 45. Ibid.

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