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EL PADRE DIEGO DE QUIROGA 70 ficándoles la buena voluntad de ayudar en las cosas de Alemania 3 : 1 , como así efectivamente se hizo con el emperador, escribiéndole el rey (r6 de mayo de 1622) que estaba dispuesto a hacer cuanto estuviese de su parte y ((fuese útil a la conservación de la Religión Católica» 3 1 • Portador de todas esas cartas, el P. Jacinto dejaba Madrid pués del r8 de mayo, recibiendo 300 ducados para ayuda del coste de su viaje 35 • Pero aun entonces no había vuelto el P. Quiroga de Alemania y Hungría. :\ su regreso sigue en Madrid las gestiones del P. Casal, quien asimismo envía con idéntica comisión a los capu– chinos P. Valeriano :;\fagno a Francia y al P. Aleiandro de Ales a varios príncipes de Alemania a fin de conseguir mús rápidamente la formación ele una liga de los príncipes católicos :rn. Por eso mismo le fué forzoso al P. Jacinto sostener frecuente correspondencia con el P. Quiroga sobre los asuntos de España, como la sostuvo con v.arics capuchillo~ que en otras cortes estaban a sus órdenes '. ~olamente un año después de esos sucesos tuvo ocasión el P. Qui– roga de darse nuevamente a conocer ante los ministros de Felipe IV con motivo de la llegada del Príncipe de Gales a Madrid el 7 de marzo de 1623. Su intento era merecer la mano de la Infanta María ck Austria, hermana de Felipe IV. El mayor obstáculo que se ofreció para ese casamiento fué siempre el religioso: el de Gales no era católico. No fueron pocas las reuniones, tratados, ofrecimientos, etc., por una y otra parte, así corno las consultas de ]os teólogos. Y fué sobre todo muy memorable la junta que se tuvo el 23 de mayo de 16.23, en el palacio real, en la gran sala donde los reinos de Castilla celebran sus cortes. Entre los cuarenta teólogos allí convocados se encontraba también el P. Quiroga. Cada uno de ellos debía dar su parecer por escrito, comci asimismo lo dió el P. Quiroga, y, aunque no hemos logrado dar con él, sabemos sin embargo que fué en un todo contrario al casamiento :iR. Y a hemos indicado que el obstáculo principal en el ajuste de eslt.: matrimonio fué la cuestión religiosa. Por eso precisamente se intentó un último esfuerzo, y fué la conversión del Príncipe de Gales. Para 33. Simancas. Estado. I.eg . K-H5G, ff. 185-Jci!l. 34. I/Jid., f. l\l5. ;,5. Ibid .. f. 1m. ;l6. LAGOSA1'TO, o. c., 2}37. 37. Ibid., 284-5. B8. G. G. IlWIL.\. Tcalm eclesiástico de las iglesias melropoli/a11as y catedrales de los reinos de las dos Castillas, I, :\Iadrid, 1645, ll\l-1:21. Aquí pune In,; ,de todos los asistentes. - Cfr. también :\l. DE TORRECILU, o. c., :2\JG.

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