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p. B r· E X A ¡· E ". T [.' R A DE e AR Ro e ERA c1enal Ludovisi y, sobre todo, con un Breve del Papa"º, se llegaba a Madrid el P. Jacinto. Pocos días después mandaba venir a Madrid al P. Quiroga con el fin de que le ayudase en sus pretensiones de conseguir de Felipe IV nuevos socorros para Alemania o al menos qJle no retirase los que allí había. Pero mientras en la corte española gestiona sus asuntos, las cosas de Alemania 110 marclun bien. El P. Jacinto, conocedor de lo q1,1e pasa, envía entonces a Munich y a Viena al P. Quiroga, en la irnposibi1ic:ad de ir él personalmente. Este religioso ude gran c1oc– trina y estimadísimo en la corte de España donde tenía algunos pa– rientes y magnates y estaba sobradamente informado de todos los secretos del gabinete madrileño)), al decir del biógrafo del P. Casal 31 , debía dar al emperador y al duque Maximiliano un resumen de la,; gestiones llevadas a cabo por el P. Jacinto en Madrid y de lo que ha– bía ya conseguido. Y, para que fuese bien recibido de ambos, les es– cribe cartas de recomendación, en las que prodiga a granel las ala– banzas al P. Quiroga. Insimía al emperador que en manera algue:, debía desconfiar de él, aunque fuese español, pues era religioso de grandes cualidades, añadiendo que no era ni judío ni griego, sino que sólo amaba el verdadero bien de la religión, como podría atestiguarlo e: Conde de Oñate, embajador de España en Viena, que lo conocía. Y en la carta al Duque Maximiliano le decía también sobre el P. Qui– roga: ((Es hombre de gran talento y la mejor cabeza conu:it:a ; es español de nación, pero un verdadero israelita de corazón; habla el francés y sabe todos los seeretos de la corte donde es estimaclísimo de los principales ministerios ; no digo más sino que Y. A. puede creerle y confiar como a mí mismoJJ :i 2 • El P. Casal siguió en 1'1adrid hasta mediados de mayo de :022. A decir verdad, no consiguió grandes cosas. Como el Consejo de E,:– tado decía a Felipe IV (13 de abril), la contestación que debía darse:, lo mismo al Papa que al Cardenal Ludovisi, al emperador, Duqi1e de Baviera y Archiduque Leopoldo, sería en términos generales, sigui- :lO. Cfr. minutas de las contestaciones a las distintas cartas recibidas de los mencionados, en Archivo de Simancas, Estado, K-H5G, ff. 185, 187 y 18\l. El Brev. del Papa al rey de España por el que recomienda al P. Jacinto, comienza Qua111 n1agJ111s (15 de octubre de Hi'll) ; asimismo clió S. S. otros para recomendarle al Conde ue Benavente, 2\Iarqués de Aytona, P. Sotomayor, O. l'., confesor del rey, al de Olivares, al Duque del Infantado, a D. Agustín }lejía y Duque ele 2\Ionteleón. Cfr. Bullarium, III, 2Gfi-270. ;)l_ L\GlJSA:,.;Tn, c. c., :.Jl;J. :l'.?. 1bid., 228-:.'29.

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