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EL SALUDO DEL ANGEL Y DE ISABEL 69 En dos conclusiones claras la Comisión de Cardenales nos ha transmiti– do su pensamiento: 1) Las palabras del ángel en san Lucas 1, 28: no tienen por si so– las fuerza suficiente para probar la prerrogativa de la Bienaventurada Virgen. 2) Valen para probar el privileg-io de la Inmaculada Concepción cuando se añade la tradición exegética de los Santos Padres" 53 • Del saludo angélico la "Muniftcentíssimus" afirma únicamente que los doctores escolásticos lo consideraron con especial cuidado, porque vie– ron en la Asunción el complemento de la gracia de María. "ltem ex No– vi Testamenti locis haec verba peculiari cura considerationi proposuere suae: "Ave, gratia plena, Dominus tecum, benedicta tu in mulieribus"; cum in Assumptionis muysterio complementum cernerent plenissimae illius gratiae, Beatae Virginis impertitae, singularernque benedictionem maledictioni Evae adver,;antem"; nada, pues, nos dice de su valor pro– bativo como argumento escriturístico; el argumento de san Lucas, en la argumentación de los teólogos, se encuadra entre las razones teológi– cas dentro del argumento general de la santidad de María. La bula "lneffabilis" encuadra el saludo angélico en el argumento de Tradición: "Los Padres y escritores eclesiásticos, considerando aten– tamente que en el momento de anunciar a la Bienaventurada Virgen la inefable dignidad de Madre de Dios, el ángel Gabriel, ha:Jlando en nom– bn, y por orden de Dios, la había llamado "~;-ratia plena", han enseña– do que mediante esta salutación singular y solemne, hasta entonces inaudita, la Madre de Dios nos había sido presentada como el asiento de todas las gracias divinas, como adornada de todos los dones del Es– píritu divino, aun más como un tesoro casi infinito y un abismo inago– table de estos mismos dones", de tal modo, que, nunca sujeta a la mal– dición, y participando con su Hijo de bendición perpetua, mereció oir de Isabel estas palabras que pronunció inspirada por el Espíritu San– to: "Bendita tú entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre". Fundando el argumento de Escritura en el de Tradición, la bula no juzga y aprecia la prueba bíblica en sí misma. Nada dice acerca de su valor; citando únicamente el sentir de los Padres, deja la cuestión en el mismo estado en que estaba; y que la bula no emite juicio sobre el valor de los textos bíblicos, se afirma claramente en el documento: 53. DBS 4, 259.

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