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64 p . CARLOS O E VILLAPAOIERNA Por eso, no nos parece exacta la afirmación del padre Bonnetain: "La teología católica encontrando la Inmaculada Concepción, no ha he– cho sino explicitar lo que estaba contenido" 45 • Pues ya hemos dicho que no exigiendo esencialmente la Maternidad divina la Inmaculada Con– cepción por ser un privilegio especial que pende de la voluntad de Dios, la razón teológica no puede hacer ver su inclusión en la revela– ción divina, mediante un raciocinio necesario y seguro. A lo sumo, po– demos formar argumentos de convenirncia y una vez definido el dog– ma, incluirlo en la plenitud de gracia, de perspectivas ilimitadas; p1,-. demos, pues, decir que está insinuado en el texto, en cuanto que cono– cido el privilegio por otro camino, esa plenitud relativa es enriquecida con una nueva determinación concreta que las palabras admiten a cau– sa de su falta de limitación. De idéntico modo interpretan las demás fórmulas: El Señor es con– tigo: esta unión-dicen-no es en María sólo eminente e intensa; es perpetua, sin interrupción alguna. Es así que no habría sido perpetua si la Virgen hubiese contraído falta original. Luego María debió ser in– mune desde el primer momento de su existencia. Vale el mismo comentario que hemos apuntado para el gratia plena; no cabe duda de que abarca la misma extensión que la primera fórmula; se trata de una asistencia especialísima de Dios conmensurada a su ofi– cio de Madre. "Bendita entre las mujeres": Maria es la mujer bendita por antono– masia-argumentan los que ven incluido el privilegio implícitamente en cc" 0 tas pa!a'iras-; la bendición se propone de una manera absoluta y sin restricción de ningún género. Luego excluye en María toda parte en l<t maldición común de Eva 46 Tampoco este raciocinio convence, porque el encomio y la bendición de María se comprenden perfectamente, explicados con relación a la Maternidad; el contexto así lo exige, como expusimos más arriba. Ma– ría es la benditísima entre las mujeres, porque es Madre del Salvador, 45. Immaculée Conception, DBS., IV, 260. Menos acertada nos parece la expre– sión del padre M. PEINADOR al decir: «Etimológicamente impllcito, insinuado es lo mismo». La Escritura en Mariología durante los últimos 25 años: «Estudios Maria– nos» 11 (1951) 44. 46. «Maria es llamada «benedicta inter mulieres». Lo cual quiere decir que ella es la mujer bendita por antonomasia; agraciada con una bendición plena y total, que excluye por lo mismo todas y cada una de las maldiciones fulminadas por Dios