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san Pedro (1, 2) ya citadas; o bien las de Mala– quías {l, 11) sobre la hostia inmaculada que se ofrecerá en toda la tierra. San Agustín dice: «To– dos sacerdotes, porque todos son miembros de un único sacerdote» 34 • Y el papa Inocencio m: «No sólo ofrecen los sacerdotes,· ofrecen también todos los fieles. Porque lo que realizan los. sacer– dotes de modo especial, eso mismo lo hace en forma general el deseo de los fieles» 35 • En la a,:zalogía de la fe encontramos también amplio fundamento para afirmar esta participa– ción de todos los bautizados en la Ínisa, ya que tal afirmación está en perfecta armonía y es como conclusión de otras verdades más fundamentales. en la economía de salvación. Como consecuencia de la doctrina1 del cuerpo místico, sabemos que Cristo, por el sacrificio de la cruz, se constituye en forma actual y perfecta cabeza de la Iglesia redimida. Por tanto, el sacri– ficio eucarístico ya no lo ofrece Él solo, sino siem– pre como cabeza de, una sociedad cultual, que es la Iglesia, congregada en su nombre y por El para dar culto perfecto a la Santísima Trinidad. Toda la creación, el hombre especialmente, es una modulación cultual al Dios trino. Cristo, supremo adorador y glorificador de la Trinidad, recoge en la misa este culto y lo ofrece al Padre,. La crea- 34. De Civitate Dei, lib. 20, cap. 10; «Corpus Christianorum. Series latina», XLVIII, p. 720. 35. De Sacro A/taris Mysterio, lib. 3, cap. 6; ML. 217, col. 845. 73