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c1on mes1amca implica la dignidad sacerdotal, regia y profética de Jesús. Pero la fundamental es la función sacerdotal de glorificador, adorador y sacerdote del sacrificio, del NT a la Trinidad beatísima. Lo mismo le acontece al cristiano por el bautismo: queda asociado al único sacerdocio del NT, que es ejercido ante la Trinidad por Cris– to y sus cristianos. La gracia santificante, aunque no se nos confiera por primera vez en el bautismo, nos configura a Cristo, ya que -,-- en la actual economía de sal– vación -- toda gracia es cristiforme, y nos con– sagra a la Trinidad. Pero en una forma especial; porque por la gracia participamos de la filiación divina de Cristo y mediante ella llegamos a la so– ciedad con la Santísima Trinidad. Mas por el ca– rácter bautismal logramos una participación en el misterio de la encamación. Se prolonga· en nosotros la unión hipostática en cuanto ésta se hace por Ia unción de la divinidad y con la finalidad especí– fica de que el Ungido - Jesús - reciba la misión de glorificar a Ia Trinidad en el mundo y Juego por toda Ia eternidad al frente de Ia comunidad de los redimidos, como rey, profeta, sacerdote. 2. El carácter bautismal como participaci'ón en el sacerdocio repto y profético de Cn1sto, La noción del carácter y la explicación de sus propiedades, tal como 1a acabamos de hacer, es 64