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Por consiguiente, los cristianos, por su bautismo, adquieren derecho a todos los bienes que se de– rivan del ejercicio de la triple potestad: poder de ,santificar, de regir y de 'tIDB'eñar. La potes– tad de sanitificar 1a ejerce la lg~esia en la adminiS•· traciórn de los sacramento~ y sacrameinta1es y :en el culto público que da a Dios: el bautizado tiene derecho a los sacramentos y la participación ac– tiva en el culto público de la Iglesia. Sobre todo, tiene derecho a participar activamente en el sacramento y act:o de culto por exce}eincia: e1 sia– cr.ificio de la misa. Igualmente tiene derecho el bautizado a que la jerarquía eclesiástica le enseñe fielmente la doctrina de salvación de que Cristo la hizo depositaria para la comunidad de los hi– jos de Dios y a ser dirigido hacia el cielo por los preceptos, manifestándole en cada circunstancia de la vida lo que Dios quiere de él 2B. Aparte de estos bienes, que derivan directamente de la jerarquía eclesiástica, hay otros que Dios da al bautizado, como consecuencia de lo que_ llamamos «comunión de los santos»: que los fieles tienen parte en los bienes espirituales de los otros, como miembros que son de un mismo cuerpo, que es la Iglesia: los actos de culto-adoración; las oraciones y sufrimientos de unos miembros bene– fician a los O'tros. El que ha sido bautizado nunca ora ni sufre 26. No hacemos más que sugerir ideas de fácil desarrollo en la pre– dicación. 48