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guos cultivaban un sentido metafísico-religioso de la luz. La luz es el constitutivo de las cosas· bue– nas en cuanto buenas; la luz es Dios y una par– ticipación de Dios. Refiriéndose a Dios, entrar en la luz es entrar a participar de la naturaleza divina, que es buena, benéfica, fecunda y creado– ra como la luz. San Pablo presenta el bautismo como el momento en que el hombre es iluminado por la luz de Cristo, por Cristo que es luz. Ves– tirse de la luz de Cristo es vestirse de su realidad gloriosa y triunfadora de los poderes del mal 22 • 2. Incorporación a la: lglesla jerárquica. a) El hecho. Que el bautismo sea la puerta de entrada en la Iglesia jerárquica, está clara– mente afirmado en la Escritura. Jesús afirmó la necesidad del bautismo para entrar en el reino de los cielos (Jn 3, 5). Y aunque el concepto de «reino de Dios» es más amplio que el de Iglesia jerárquica, también la incluye a ésta. En los He– chos de los Apóstoles aparece el bautismo como el rito sagrado por el que los hombres son agrega– dos a la naciente Iglesia 23 • Es conocida la deno– minación tradicional del bautismo como «puerta de la Iglesia» 24 • En la liturgia bauttsma'l esta idea se formula con claridad e insistencia. Al acercarse 22. Sobre el bautismo como sacramento de la «iluminacion» cristiana véase P. TH. CAMELOT, Spiritualité du bapteme, p. 85-103. 23. Act 2, 37-41; 10, 44-48; 8, 12-16: 9, 10-18. 24. Dz, Enchiridion Symb., n. 0 324, 697, 895. 46
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