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por la cultura popular y la mentalidad semita de los escritores del NT. Nuestra cultura y mentali– dad actual tampoco es ajena a esta forma de con– cebir el nacimiento. a) Por el nacimiento el hombre es incorporado en la familia humana, comienza a existir en ella. Con frecuencia enfocamos el fenómeno del naci– miento en su aspecto más individualista: aconte– cimiento básico para el individuo que entra en la existencia y en la sociedad humana. Sin embargo (particularmente para los orientales), en las rela– ciones entre familia e individuo que nace, lo que interesa, en primer término, es la familia. El in– dividuo· es la expansión vital de la familia, del pueblo y de la raza. En la Biblia la palabra «pue– blo» tiene un sentido sacra!, completamente reli– gioso: es llamado a la existencia por la elección divina y se acrecienta y perpetúa por la bendición de Dios. Cada niño que nace en la familia es testimonio de esta elección y bendición divina: un don de Dios y una señal de su predilección por el pueblo. El pueblo es una auténtica «creación» de Dios, gratuita y sobrenatural. Esta creación se verifica de continuo en la medida en que cada día la familia - el pueblo - se incrementa en nuevos miembros. Lo sustantivo es la familia (el pueblo). Cuando alguien nace no hace más que entrar en la familia; crece orgánicamente la fa– milia. b) Al entrar el individuo en la familia se cons- 26

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