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ofrece san Pablo en Flp 2, 5-11: Tened los mis– mos sentimi'en1'os que tuvo Crlsto... San Pablo nos describe, en síntesis intensa, la historia religiosa de Jesús como humillación-exaltación. Los cris– tianos han de imitar en sí y reproducir estos sen– timientos de Jesús. La imitación de Cristo en sentido moral no habrá que excluirla; pero Jesús, más allá de ser «modelo» de los cristianos,. debe ser también el contenido mismo de su vida. La historia religiosa de Jesús que se humilla y es exaltado (muere y resucita) debe constituir tam– bién la «historia religiosa», el contenido mismo de cada vida cristianaº. Si nos fijamos en su contenido interno debemos distinguir en el seguimiento de Cristo, en primer término, un activo colaborar humano: no es el seguimiento de Cristo pura gracia, pura llamada divina, sino que debe encontrar una resonancia activa dentro del dinamismo humano y estimu– larlo a colaborar con Dios. Pero el seguimiento es, sobre todo, una fuerza de Dios dentro del hom- .bre. Podríamos decir que el seguimiento consiste en ir con Jesús que va delante de nosotros. Y esta fórmula desglosada quiere decir que Jesús va delante de nosotros en cuanto anda el camino por nosotros, en nuestro lugar. Y nosotros vamos con Él en cuanto que la fuerza de Él está dentro 6, Cf. SCHWEIZER, o. c., p, 51-56. J. R. ÜEISELMANN,Jesus der Christus, Die Urform des apostolischen Kerygmas a/s Norm unserer Verkündigung und Theo/ogie von Jesus-Christus, Stuttgart 1951. IT Vill - Teol. 2

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