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Ilación (kenosis) de Jesús sigue un camino muy largo y amplio. A Él, como Kyrios - Hijo de Dios, le correspondía la gloria desde el principio del mundo. Sin embargo, llevó una existencia «oculta» en Dios, sin aparecer en el mundo a recibir la gloria que le correspondía. Esto ya fue para Jesús el comienzo de su camino de obediente humilla– ción. Este «estado» interior de Jesús siguió toda la vida, por su actitud de obediencia al Padre. Dominó también su actividad mesiánica de pre– dicador y obrador de milagros; su vida de servicio a Dios y a los hombres, en que Jesús aparecía continuamente como un «pobrecito de Dios». Resaltó su humildad, de forma más marcada en los ·sufrimientos que tomó sobre sí mismo, en las tentaciones mesiánicas, hasta culminar en la tentación y dolor supremo de las horas de 1 pa– sión y muerte. Terminada la etapa de humillación Jesús es in– troducido por el Padre en la exaltación, en .la gloria. Ésta comprende los pasos ya antes indi– cados: resurrección, ascensión, asiento a la de– recha del Padre para recibir los honores de Señor (Kyrios) de la creación entera. Seguir a Jesús ha de consistir en «andar con El» este camino en su doble etapa de humillación– exaltación tal como se realizan, ante todo, en la muerte y resurrección. El texto fundamental y más denso para com– prender esta idea del «seguimiento de Cristo» lo 16

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