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plena - en el círculo de lo individual - las gran– des ideas que presiden todo el desenvolvimiento de la historia de salud y toda la economía de salvación: la creación, la vocación divina y elec– ción grat~ita de un «pí.!eblo», la salvación de Egipto y de todos los enemigos; la redención del cautiverio babilónico (del pecado), la preserva– ción de la idolatría para que sea una nación san– ta, pueblo sacerdotal al servicio de Dios. Particu– larmente interesante resultará el hacer converger todas estas ideas en torno a la idea de la aaanza de Dios con su pueblo. Si hay alguna idea sinteti– zadora de la teología del Antiguo Testamento, es ésta de la alianza. La nueva alianza la estable– ció Jesús en la cruz, en su muerte y resurrección. Se reitera cada día en la misa y se hace aconte– cimiento «personal»· en cada hombre por el sa– cramento del bautismo ' 7 • Resumen de esta predicación (catequesis) bíbli– ca sobre el bautismo la ofrecen las «profecías» del sábado santo y del sábado de pentecostés, según el antiguo rito. Ellas pueden constituir la base para un desarrollo más amplio de este tema. No hay que desconocer el enorme valor educativo y religioso que ti@e el hacer ver a cada hombre 47. En otra parte hemos hecho alguna indicación sobre la «teologlª de la alianza» y su ordenación a la predicación. Cf. ALE!ANDRO DE V1- LLALMONTE, Cuadernos de Teología Kerigmática, fascículo u: Prediquemos al Dios vivo, Salamanca 1959, p. 35-40. El mismo ·estudio en la rev. «Na– turaleza y Gracia» 10-11 (1959) 3-43. Véase también El Dios de la alianza; en El Dios viviente, Barcel011a 1964, p. 89 ss., del mismo autor, en el n. 0 41 de «Pequeña Biblioteca Herder». 115

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