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lll. EJEMPLO DE JESUS Jesús es eJ modelo perfecto de todas las virtudes. Es el camino, la verdad y vida que debemos seguir, si que– remos ser del número q.e los predestinados. El. Verbo Encarnado, entrando en el m:undo, declara : «He aquí que vengo a hacer tu voluntad)) ('71). En todos íos días de su vida mortal repetirá en una u otra forma la misma actitud: «Yo no puedo hacer nada por mi mis– mo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la del que me ha enviado» ('7'2). «He bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió» (73). De tal modo cumple la voluntad del Padre que declara a los Apóstoles que su aliento es hacer la voluntad del que le envió y acabar su obra (74). Cuando la voluntad paterna le pide el sacrificio .de sí mismo por la redención del mundo, y en su Humanidad siente el peso del dolor y de la agonía, ora al Padre: «No se haga m.i voluntad, sino la tuya» (75). Con generosidad sube al Calvario y con. los brazos extendidos sobre la cruz exclam.a: «Padre, todo está consumado)) (76), Estas fue– ron sus últimas palabras. Con razón escribió S. Pablo: «Se humilló, hecho obediente hasta.· la muerte, y muerte de cruz, por lo cual Dios le exaltó y le dió un nombre so– bre todo nombre» (77). Jesús cumple su. misión y se conforma en .todo a la voluntad del Padre. Este es el modelo que nosotros de– . bemos imita1•. (71) Hebr., X, 7, 9. (72) Joann., V, JO. (73) Joann., VI, 38. (H) Joann., IV, 34. (75) Luc., XXII, 42. (76) Joarm,, XIX, JG, (77) Phil., U, 8, 87