BCCCAP00000000000000000000639
se puede oponer a su voluntad, porque es omnipotente. La voluntad de signo es la que se manifiesta o significa por las leyes y los preceptos que Dios nos impone o por las circunstancias providenciales de la vida. La voluntad de signo se cumple por nosotros. La petición del Padre Nuestro comprende las dos es– pecies de voluntad. Pedimos que se cumpla la voluntad de beneplácito o absoluta, en cuanto queremos conformar toda nuestra voluntad a la suya mostrándonos plenamen• te conformes y uniformes a lo que disponga de nosotros y de las cosas que nos pertenecen o nos rodean. Repetimos con Jesús en el huerto: ce No se haga mi voluntad, sino la tuya,,. Sefíor, haz lo que te agrada más a ti, lo que más te glorifique ... Pedimos al Sefíor de cumplir su voluntad, observando las leyes, los preceptps y cuanto dispone. ¿Qué cosa quiere Dios de nosotros? Que cumplamos lo que nos manda, que le glorifiquemos y que consigamos nuestro último fin. ¿Qué quiere Dios de nuestro prójimo? Lo mismo : que todos se salven y lleguen al conocimien– to de la verdad (63). No basta salvarse a sí mismo, es voluntad de Dios que nos interesemos por la salvación de los demás. Mandavit illis unicuzque de proximo suo (64). Como dice Santo Tomás: Homo tenetur velle, quod Deu.s vult eum velle (64 bis). Todo lo que queremos y pedimos para nosotros debe– mos querer y pedir por los pecadores, los infieles, los herejes, los cismáticos, los que están fuera de la Iglesia. Dios quiere servirse de nuestra cooperación para salvar al mundo. Dios crió al mundo sin nosotros, obró su reden– ción sin nosotros ; pero quiere que nosotros cooperemos a nuestra santificcación y a la santificación de los demás como instrumentos de sus· divinas misericordias... (63) I 'I'im., II, 4. (64) Eccli., XVII, 12. (64 bis) 2a. 2ae., q. 104, art, 4. 82
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz