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santos, depositaria de la doctrina y de los sacramentos, fuente de gracia y luz de magisterio. Pero, a pesar de tantos siglos como lleva de existencia el reino de Jesucristo o la Iglesia universal por naturale– za, no ha logrado todavía llegar de hecho geográfica y etnológicamente a todos los espacios y a todos los pueblos. Cristo Rey universal no ha logrado someterlos a su dul– císimo imperio. No se ha establecido en todas partes ese reino de verdad, de justicia, de gracia, de virtud, de santidad, de paz y de amor. ¡ Son tantos los millones que viven fuera de sus dominios! El afio i925 contemplaba el Papa Pío XI los gráficos de la Exposición Misional del Vaticano, acompañado d. e Padre Streit. Un dibujo cuadriculado representaba el número total de los infieles. Cada cuadrito indicaba 500.000. Con dificultad descubre el Papa un punto peque– :ñito de color rojo, que representa el ejército misionero. Dice el Pontífice al acompa:ñante : ¡ Esto es desolador! ¿No se podría hacer este punto un poco mayor? Santo Padre, tal como está el punto indica el ejército misione– ro al completo : personas i2i.752, contando entre ellas Hermanos, Religiosas, Catequistas ... Si quisiéramos re– presentar solamente los sacerdotes misioneros que s0n i2.7i2, el punto rojo no se vería. ¡ Cuántos pueblos quedan todavía a donde es necesario extender el reino de Cristo I Con la oración, con las obras, con los sacrificios y sobre todo con el apostolado debemos trabajar para dilatar los dominios del Rey de Reyes. IV. EL REINO DE JESUS EN PARABOLAS El ;Maestro Divino explica el misterio del reino por medio de semejanzas o parábolas. No estando el pueblo en condiciones de recibir la verdad desnuda sobre este 68