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Ordinariamente se entiende por blasfemia una expre– sión fojuriosa contra Dios. Por razón del objeto puede ser directa o indirecta, se– gún que la injuria se dirija directamente contra el mismo Dios o directamente contra los Santos o cosas sagradas que tienen particular relación con Dios. Esto no induce una diferencia específica, porque la blasfemia que se dice con– tra los Santos redunda también, en último término, con– tra Dios (i9). La blasfemia se opone a la manifestación de la fe (20), porque el blasfemador afirma alguna cosa contraria a la bondad divina y a la virtud de religión, porque causa un deshonor o injuria a Dios. Se suelen distinguir las blasfemias cordis, operis et orís. Las blasfemias del corazón que consiste en ultrajar a Dios con los pensamientos, considerándole injusto, ven– gativo, etc. Blasfemias de acción externas, gestos, mani– festaciones igualmente injuriosas a Dios. Blasfemias del i'enguaje hablado o escrito, que son propiamente expre– siones que implican injuria a Dios Nuestro Señor. Gene– ralmente se llama vitium linguae. El vicio de la lengua. La blasfemia puede ser heretical, si son expresiones contra la fe. Simple, si contiene sólo una injuria contra Dios. Así en la crucifixión de Jesús, «los que pasaban le injuriaban, moviendo la cabeza y diciendo : Tú que des- .. truías el templo y lo reedificabas en tres días, sálvate aho– ra a ti mismo ; si .eres Hi.i o de Diós, baja de esa cruz>) (21.). lmprecativa, si contiene odio y desea mal. Las blasfemias, por razón de la materia, son siempre graves. En la práctica se ha de examinar si, existen todas las condiciones necesarias para constituir responsabilidad grave. (19) «Blasphemia quae fit in Sanctos, ex consequenti, in Deum redundat,> Sum, 'Iheol., 2a., 2ae., q. 13, art. I ad 2. (20) S. THOM., ibld. (21) Matt,, XXVII, 39•40. 57'
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