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MEDITACION VII NO OFENDER EL NOMBRE DE DIOS NI DE LAS PERSONAS Y COSAS SANTAS Preludio l. - Recordaré la visión de San Juan que dice: «Vi como salía del mar una bestia, que tenía diez cuernos y siele cabezas, y sobre los cuernos diez diademas y sobre las ca– bezas nombres de blasfemia» (16). Por otra parte, me representaré lo que el mismo Apóstol San Juan dice: «Vi siete ángeles, que estaban en pie delan– te de Dios, a los cuales' fueron dadas siete trompetas. Llegó otro ángel, y púsose en pie junto al altar, con un incensario de oro y fuéronle dados much_os perfumes para unirlos a las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro, que está delante del trono» (17). Preludio II. - Pediré al Señor me -dé a conocer la malicia de las blasfemias y la gracia de poder repararlas con los per– fumes de mis oraciones y las alabanzas a su santo nombre. l. Naturaleza de las blasfemias. II. Blasfemias de lenguaje. III. Blasfemias de la vida. I. NATURALEZA DE LAS BLASFEMIAS A la glorificación del nombre de Dios se opone la pro– fanación, y particularmente las blasfemias, que directa o indirectamente se profieren contra Dios, la Religión y los Santos. (16) Apoc., XIII, l. (17•18) Apoc., VIII, 2•3. 56