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III. GLORIFICACION DEL NOMBRE DE MARIA, DE LOS ANGELES Y DE LOS SANTOS Dios ensencialmente santo comunica también su santi– dad a las criaturas. Se manifiesta esa santidad de mane– ra especial en la Virgen Inmaculada, en los Angeles bue– nos y en los Santos. También resplandece en los Sacramentos, en la Iglesia:, una, santa y católica. Debe– mos respetar, venerar y glorificar todo aquello que, en mayor o menor grado, participa de la bondad y santidad de bios. a) Que sea santificado y glorificado el nombre de María, Madre de Dios y Madre espiritual nuestra. María es la Hija predilecta del Padre, la Madre amantísima del Hijo y la Esposa dilectísima del Espíritu Santo. Una criatura llena d8 gracia y de virtudes. Es la obra maestra de la Omnipotencia de Dios. Se le aplican las palabras del Cantar de los Cantares: «Eres toda hermosa y no háy en ti la menor mancha» (12). ccHermosa como la luna y elegida como el sol» (13). María es la Medianera universal de todas las gracias, la Plenipotenciaria de los divinos tesoros. Es la Correden– tora del género humano y la Madre espiritual de todos los creyentes. Todas las generaciones la llamarán bienaven– turada (14). Con el nombre de Jesús debemos invocar también el nombre de María. En las tentaciones, en los peligros, en las angustias, en las necesidades y adversidades de la vida invoquemos el dulcísimo nombre de María y que todos los hombres de la tierra lleguen a invocarla como Madre 'y Reina del universo. b) Los Angeles buenos son espíritus puros que alaban a Dios, protegen a los hombres y ahuyentan a los demonios. (12) Cant., IV. 8. (13) Cant., VI. 9. {14) Luc., XLVI. 52