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Examen. - ¿Amo a mi proJlmO afectiva y efectivamente por motivos sobrenaturales y con amor universal? ¿Me sa– crifico por él en las formas que puedo? ¿Perdono las ofensas, injurias y molestias de mis prójimos? ¿Me compadezco de sus males morales, intelectuales y físicos? ¿D_oy las limosnas que puedo a los necesitados? ¿Practico las obras de mise– ricordia, tanto espirituales como corporales? ¿Contribuyo con todas mis fuerzas a la glorificación de Dios, de Cristo, de la Iglesia y a la salvación de las almas? ¿Coopero a las Obras Misionales y asistenciales en la medida de mis fuerzas? Propósitos. - Propongo amar a mis prójimos: buenos y malos, amigos o enemigos, creyentes o incrédulos. Quiero amar todo lo que Dios quiere y como Dios quiere. Me esfor– zaré en ayudar a las Misiones personalmente si puedo, o, por lo menos, con la oración, la propaganda y la limosna u otras formas posibles. Es una obligación socorrer a los necesitados y no hay hombres más necesitados espiritualmente que los que no tienen fe. Peticiones. - Señor, haz que todos los hombres sean un solo corazón y una sola alma. Que cesen los odios, enemista– des, venganzas, persecuciones, guerras, divisiones y todo aquello que perturba la paz y la tranquilidad del orden. Que reine la fraternidad universal y que todos nos consideremos hermanos, hijos del mismo Padre celestial, del mismo Re– dentor Jesús, de la misma Madre la Iglesia; y así, hermanos unidos por tantos vínculos naturales y sobrenaturales, nos amemos afectivamente y efectivamente. ¡ Oh Padre celestial, que todos se porten realmente como hijos vuestros y como verdaderos 'hermanos entre sí, forman– do un coro de voces unánimes que canten gratitud y gloria al Padre común de todos. Haz que todos seamos una familia humana unida por los vínculos de la caridad fraterna, para que seamos también una familia en el cielo, alrededor del trono de nuestro único Padre y único Salvador, Cristo Jesús. 38