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zados, os habéis vestido de Cristo. No hay ya judío o grie– go, no hay siervo o libre, no hay varón o hembra, porque todos sois uno en Cristo Jesús». (44). Luego tenemos la fraternidad sobrenatural por medio de Jesucristo. Todos los redimidos con su sangre forma– mos una gran familia cristiana extendida por toda la tie– rra. ¿ Cuándo llegará el día en que en todos los habitantes del orbe se cumplan las palabras de S. Pablo: Orn1nes filii Dei esti§. per fidem in Christo Jesu? Todos sois hijos de Dios por la fe en 'Cristo Jesús? (45). Cuando todos entren en la Iglesia de Cristo y sean miembros de su Cuerpo Místico. IH. FRATERNIDAD UNIVERSAL POR RAZON DE PROVIDENCIA Los cuidados paternos de Dios se extienden a todos los seres que ha creado, particularmente a los seres raciona– les. « Dios no tiene aceptación de personas» (46). A todos impone las mismas obligaciones, concede las gracias abun– dantes y exige recíproco amor. Cuanto la criatura más · ama, más será amada de Dios; la que mejor le sirve, será mayormente premiada. Dios no sólo provee por sí todo lo necesario en el orden de la naturaleza y de la gracia; sino que impone leyes para que todos los hombres se amen mutuamente, todos sean hermanos, todos se ayu.den y socorran. Un doctor de la Ley le pregunta: ¿Quién es mi próji– mo? (47). Y Jesús no le responde directamente, sino que le narró la siguiente parábola digna de tal Maestro : « Ba- (44) Gal., III, 26,28. (45) Gal., Ill, 26. (46) Col., Ill, 25, (47) Luc,, X, 29, 35

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