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miento sobrenatural y divino por la gracia santificante ex Deo nati sunt (29). Por este don divino se eleva el alma. al rango de la divinidad y se hace hija de Dios. Dedil eis potestatem filias Dei fieri (30). Nos ha dado la potestad de ser hijos de Dios. Dios se hizo Hombre por la encarnación y nosotros nos hacemos como dioses por la gracia del Hijo del Hombre, por tomar nuestra naturaleza; y el hombre se hace hijo adoptivo de Dios por la participación de la naturaleza di– vina, que recibe mediante la gracia santificante, cuya cau– sa meritoria es el mismo Dios Encarnado. ¡ Oh dignidad incomparable del hombre qüe realmen– te se diviniza con este don concedido por la misericordia infinita de Dios y los merecimientos del Redentor, que nos compró, no con oro ni plata, sino con su misma Sangre! II. REALIDAD DE ESTA FILIACION ADOPTIVA En las sociedades humanas se verifican las adopciones legales, las cuales, aunque tienen algún parecido con la adopción divina., sin embargo,, no son del todo iguales. Cuando la naturaleza ha negado a dos cónyuges la des– cendencia, pueden, si quieren, adoptar por hijo otro que no ha nacido de ellos. Quizás hijo de padres desconocidos colocado en una casa de beneficencia. En este caso es una adopción puramente legal y externa. El _niño cambiará quizá de nombre, de condición social; puede ser que ten– ga riquezas que antes no tenía, ni esperaba; pero no cam– bia la 11;aturaleza, ni la sangre que le ha venido de los verdaderos padres que le engendraron, no de los que lo (29) Ibid. (30) Ibicl. 25
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