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MEDITACION III . ((PADRE NUESrrRO... » DE LA PATERNIDA-D DE DIOS EN EL ORDEN SOBRENATURAL Preludio l. - Recordaré el encuentro de Jesús con la mujer samaritana, junto al pozo de Jacob. En el diálogo que enta– blaron, Jesús le dijo: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te die~: Dame de beber, tú le pedirías a El, y El te daría a ti agua viva» (24). Preludio !l. - Pediré al Espíritu Santo que me ilumine para conocer ese don altísimo, y beber de esa agua viva para que no vuelva a tener más sed. l. Nuestro nacimiento sobrenatural de Dios. II. Realidad de nuestra filiación divina. Jll. Consecuencias consoladoras. IV. Deberes que nos impone. l. NUESTRO NACIMIENTO SOBRENATURAL DE DIOS El Profeta David confiesa los pecados y suplica el per– dón en el salmo 50: «Apiádate de mí, oh Dios, según tue piedades. 'Según la muchedumbre de tu misericordia (24) Joann., IV, Je.

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