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faaías: "Postrado Bel, abatido Nebo, suis simulacrru1 son puestos sobre bestias de carga, c¿¡,rgados y llevados con trabajo. Todos son humillados, todos abatidos juntamen– te, no pudieron salvar esta carga, antes ellos mismos son lll;lvados cautivos. Oídme, casa de Jacob, y vosotros todo·s de la casa de Israel, llevados desde el seno por mí, y car– ga mía desde el nacimiento. Yo mismo hasta vuestra ve– jez, hasta vuestras canas os soportaré; corno ya hice, yo me encargo de sosteneros y preservaros. ¿A quién que– réis compararme? ¿A quién me haréis semejante o igual? (12). La madre terrena nos llevó en su seno durante nueve mes1:1s, pero Dios nos lleva en sus manos durante toda nuestra existencia, en el tiempo y en la eternidad. Hay hijos desnaturalizados y crueles que matan a sus padres, les privan de la vida temporal. Nosotros, por malos que seamos, nunca podremos quitar la vida a nuestro Padre celestial. Podemos ofenderle, disgustarle; pero destruir– le, jamás. Pero El nos puede aniquilar en un momento, con sólo hacer cesar el acto creativo de su voluntad. Demos gracias a Dios que, <!'. pesar de nuestras ingra– titudes y pecados, nos conserva en la existencia para que le glorifiquemos. A todos nos crió y nos ayuda para que podamos conse– guir nuestra felicidad. Nos conserva para su gloria y nues– tro bien. III. DIOS ES NUESTRO PADRE POR. SU PROVI– DENCIA Los animales, por un natural instinto, proveen de nu– trimento y de defensa a sus hijitos. Los padres terrenos (12) Is., XLVI, H.

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