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Federico Soulié (1800-:1.847), uno de los célebres roman– ceros fra:nceses, estaba en punto de muerte. Educado fuera de la religión, sin haber nunca aprendido una palabra de oración, no pensaba para nada en su alma. Una Her– manita de la Caridad, de rodillas al pie de su lecho, reci– taba el Santo Rosario. Algunas lágrimas salieron de los ojos del enfermo. Este levantó la cabeza y preguntó a la Hermana: ¿Qué cosa decis: Padre Nuestro que estás en los c.ielos ... ? ¡Qué hermosa expresión! Repetidla... ¡Qué bella! Repetidla. Y la Hermanita empezó de nuevo. .¡Es una cosa magnifica! repitió el muribundo. Y como un nifio aprende del regazo de su madre cristiana el Padre Nuestro, así Federico Soulié aprendió palabra por palabra la Oración Dominical de los labios. de aquel ángel de cari– dad. Este hombre que no tenía fe repitió con verdádera devoción y piedad. el Padre Nuestro, se reco.ncilió con Dios, y murió como creyente (5). III. ORACION BREVE, SENCILLA Y UNIV,ERSAL MEDITACION II i. La Oración Dominical es bella por su origen y por su contenido.. Es también fácil por su brevedad y consola– dora por su universalidad. La Iglesia nos presenta en compendio lo que debemos creer en el símbolo apostólico. Una síntesis de. lo que de– bemos obrar. en el decálogo. Un resumen de la santidad en el Serm6n de la Montáña. Y un compendio de lo que debemos orar en el Padre Nuestro. 2. Siendo breve, se aprende con. facilidad, se repite sin cansancio. y se retiene -en la memoria con tenacidad. (5) I. M. A., Conversión au XIX ,iecle, pág. 9•1 l. Lille, Desdéc, 1891. 1 13

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