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chados por su mucho hablar. No os asemejéis, pues, a ellos, porque vuestro Padre conoce las cosas de que tenéis necesidad antes que se las pidáis. Así, pues, habéis de orar: Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nos el tu reino ; hágase tu voluntad, como en el cielo así en la tierra. El Pan nuestro de cada día, dánosle hoy, y perdónanos nuestras deudas, así como nosotros perdonamos a nuestros deudores, y nos nos pon– gas en la tentación, mas líbranos de mal» (i). San Mateo inserta la Oración Dominical en la sección del Sermón de la Montaña. S. Lucas la refiere más tarde, pocos meses antes de la muerte de Jesús. Indica que fné provocada esta oración por uno de los discípulos que pre– guntó al Maestro el modo de orar. «Acaeció que, hallán– dose El orando en cierto lugar (2), así que acabó, le dijo uno de los discípulos : Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñaba a sus discípulos. El les dijo: Cuando oréis decid : Padre, santificado sea el tu nombre; venga a nos el tu reino ; danos cada día el pan cotidiano ; perdónanos nuestras deudas, porque también nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos pongas en la tentación» (3). En S. Lucas la fórmula del Maestro está más abrevia– da que en S. Mateo. La Iglesia en su liturgia ha usado desde un principio la más completa de este Evangelista. Esta oración se ha de venerar entre todas, dice .s. Bue– naventura, porque fué formulada por el mismo Seft.or, sin ningún medio humano (4). La crítica moderna ha demos- (1) Mat.. VI. 5•13. (2) No se sabe con certeza el lugar donde Jesús pronunci6 el Padre '.Nuestro. No ~ improbable que lo repitiera, más de una vez. San Lucas refiere la Oración Domini.. cal después del epi,odio de Marta y María en· Betania. El ci<rto lugar, de que hablo el Evangelista, donde Jesús profiri6 su oraci6n, no debía estar lejos de aquella loca• lidad. Según una tradici6n muy atendible, fué en el Monte de los Olivos, en el lugar donde se eleva la basílica llamada Eleona. (Cfr. G. PnnLLA, I. Luoghi Santi, pági• n.. 218•228. Piacenza, 1936: (,) Luc.. XI, 1•5. (4) Cfr.Expo,it, Regul. Fr. Minomm, Opera Omnis, tomo Vlll, pá(, 408. Qua, racchi, 1908. ii