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CONCLUSION ASI SEA (AMEN) Al fin de la Oración Dominical se contesta: Amén. Así sea. Esta contestación afirmativa no se encuentra en el texto evangélico, pero es de uso universal y antiquísi– mo en la Iglesia. El Amén consciente y sincero es una confirmación de todo lo anteriormente expresado. Amén. Dios es Nuestro Padre que está en los cielos. Tiene una paternidad de orden natural como Creador, Conservador y Provisor de todas las cosas, en especial, de los hombres, seres racionales creados a su imagen y seme– janza. Tiene una paternidad de orden sobrenatural, me– diante la gracia santificante que infunde en los justos y los hace hijos adoptivos suyos y herederos de la vida eterna y coherentes con Jesucristo. Amén. Porque todos los hombres somos hermanos y debemos amarnos como tales, rechazando todo resenti– miento, odio, ira o venganza. Dios a todos ha comunicado los dones naturales y quiere hacer extensivos a todos los hombres los beneficios de orden sobrenatural que dejó depositados en su Iglesia. Amén. Porque el cielo es la casa del Padre, donde rei– nan todos los bienaventurados y a donde nosotros tam– bién aspiramos llegar para formar todos juntos la corte del Padre universal. Todos los que nacen en este mundo están destinados a esa mansión de felicidad sin término ; porque Dios quiere que todos conozcan la verdad y se sal- i42

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