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cómo debíamos comportarnos en el dolor. Padre, si es posible, pase de mí este cáliz; pero no se haga mi volun– tad, sino la tuya. Jesucristo está con los brazos abiertos en la cruz, di– ciéndonos a todos los pobres mortales que sufrimos : To– dos los que estáis afligidos venid a mí, que yo os conso– laré. Todos los que en este mundo habéis sufrido tribu– laciones por mí, seréis también glorificados conmigo por toda la eternidad en el cielo. Examen. - ¿Cómo me he portado en las múltiples adver– sidades y dolores de mi vida? Bajo los golpes del dolor, de la humillación, del desprecio, del olvido, de Ia tribulación, ¿cuáles han sido mis sentimientos? Ante tantas cruces de todo género, con que está tejida mi vida, ¿cuál ha sido mi actitud? ¿Me he dejado llevar de la ira, de la tristeza, del descontento, del odio, de la desesperación? Mi ideal, mi pro– grama, mis aspiraciones, ¿no han sido sufrir lo menos po– sible? A imitación de Jesús, ¿he aceptado las adversidades con resignación y conformidad a la voluntad de Dios? ¿Las he soportado, al menos, con paciencia y mansedumbre? ¿Invoco con humildad de corazón la bondad y misericor– dia de Dios para que nos libre de los males físicos, si con– viene y en conformidád de sus providenciales designios? En todos los males intelectuales, morales, individuales y sociales, ¿recurro a Dios para que me libre de ellos? ¿,Le pido con fervor que me libre de los pecados, de las negligencias, de las ingratitudes, de las ocasiones peligrosas? ¿Clamo cons– tantemente que me libre del espíritu de lujuria, de la sober– bia, de la ambición y de todos los otros pecados capitales? Finalmente, ¿ruego al Señor que me libre de la mala vida y de la muerte eterna? Propósitos. - Bajo el peso de cualquier dolor o adversi– dad miraré a Jesús pendíente de la Cruz, muriendo por la redención de todos los hombres. ¡ Qué comparación tienen mis penas con las de Jesús mi Salvador! Con su ayuda y ejemplo soportaré con paciencia y resignación todas· las co– sas adversas que me sucedan. Si acaso soy o deseo ser misio– nero, sufriré todo por la salvación de las almas. Si no soy misionero y vivo en tierra católica, aplicaré mis sacrificios, i40
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